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El copago en Portugal: una consulta con el médico cuesta 5 euros y una urgencia 20 euros

Cerca de medio millón de personas han pedido la exención del pago de estas tasas de copago sanitario desde que entraron en vigor hace dos meses

El acceso a la sanidad pública portuguesa es más caro desde el pasado 1 de enero, cuando entraron en vigor las nuevas tasas para las consultas médicas. Desde entonces, en los 50 días laborables contabilizados entre el 2 de enero y el 9 de marzo se han solicitado más de 440 mil peticiones de exención, la mayoría relacionadas con insuficiencia financiera.

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Para conseguir la exención en el copago sanitario es necesario que cada paciente acuda a una junta médica que valora, caso a caso la exención, tras el pago de 50 euros. También tienen que acudir a estas juntas médicas, además de las personas con menores rendimientos, los minusválidos o enfermos crónicos para confirmar que continuarán siendo exentos. La Asociación de Ciegos de Portugal es una de las entidades que ha presentado una queja por el hecho de que el paciente tenga que pagar 50 euros para solicitar o mantener la exención.

El ministro de Sanidad luso, Paulo Macedo, ha calculado que en total habrá en Portugal más de seis millones de pacientes que estarán exentos de pagar las tasas de acceso a la sanidad, entre enfermos crónicos, niños hasta los 12 años, embarazadas y parturientas y familias con rendimientos mensuales inferiores a 628 euros. Según el ministro, el objetivo de aumentar el copago es precisamente "aumentar el acceso a la sanidad pública en Portugal aumentando el número de exenciones". Pero para ello, quienes pagan, pagan más desde el pasado 1 de enero.

Una consulta con el médico de familia en un centro de salud que antes costaba 2,25 euros ahora cuesta 5 euros y ser visto por un enfermero, que antes era gratuito, ahora cuesta 3 euros. En los hospitales también han subido los precios. Una consulta de especialidad que antes costaba 4,60 euros ahora cuesta 10 euros. Las urgencias también han aumentado de 9 a 20 euros y pueden llegar a los 50 euros si es necesario realizar varios análisis médicos.

Quienes más se están quejando del aumento de las tasas de acceso a la sanidad pública son los donantes de sangre, que han perdido el estatuto de exentos, por lo que ha bajado drásticamente el número de donaciones, como forma de protesta y descontento, lo que ha llegado a poner en peligro el funcionamiento de algunos hospitales en los que ha escaseado la sangre. Las asociaciones de donantes han recogido firmas para solicitar en el Parlamento luso que se revise su exención.

Por otro lado, desde el 1 de enero, la administración fiscal portuguesa ha recibido miles de casos de pacientes que no han pagado las tasas en el momento de acudir al médico por lo que ahora se les cobrará una multa de hasta cinco veces más el valor de la consulta. La ley aprobada por el gobierno de mayoría conservadora de Lisboa permite a los pacientes un plazo de hasta 10 días laborables para pagar la tasa si no pueden hacerlo en el momento de ser vistos por el médico.

En caso de no efectuar el pago, el Ministerio de Sanidad reencamina el proceso para el Ministerio de Finanzas, que se encargará ahora de cobrar la tasa a través de la aplicación de una multa, como si se tratase de un impuesto que no se ha pagado.

 
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