Por la puerta de atrás
Mariano Rajoy no ha querido dar las malas noticias. De nuevo ha delegado en la vicepresidenta. Sáenz de Santamaría, Montoro y Soria detallaban el recorte "drástico" en los Presupuestos. Una rueda de prensa con explicaciones confusas tras la que los ministros evitaron a los periodistas marchándose por la puerta trasera.
Mariano Rajoy no ha querido presentar personalmente el que su propio Gobierno ha calificado como el mayor ajuste de la democracia. Un recorte del 27.300 millones de euros. Tampoco quiso el presidente dar las malas noticias el 30 de diciembre, cuando se aprobó el tijeretazo anterior.
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Como en aquella ocasión, ha sido Sáenz de Santamaría la encargada de dar la cara y hacer, de nuevo, anuncios que contradicen radicalmente a lo que ha venido diciendo su partido. En diciembre la vicepresidenta dio a conocer la subida de impuestos a la que tantas veces se habían opuesto en declaraciones públicas los principales líderes del PP, ella misma y Rajoy incluidos. Ahora Sáenz de Santamaría anunciaba la amnistía fiscal para defraudadores que el presidente prometió no apoyar por considerarla una "ocurrencia".
En la comparecencia conocíamos, además, la subida de la luz, del gas, de las tasas judiciales, del impuesto de sociedades... Y la bajada drástica en el dinero para formación de parados, para la dependencia o para ayuda al desarrollo. Recortes mayores de los anunciados en todos los ministerios. No era difícil sospecharlo antes. Pero es clarísimo ver ahora porqué el Gobierno ha retenido los Presupuestos hasta después de las elecciones andaluzas.
Un tijeretazo "drástico", admitía el ministro Montoro. Y concretado solo un día después de una huelga general. Había muchas preguntas que hacer tras el Consejo de Ministros. La rueda de prensa resultó inevitablemente larga, aunque dos terceras partes del tiempo se consumieron en las introducciones de los ministros. Fue una comparecencia en la que Sáenz de Santamaría y, sobre todo, Montoro se mostraron en ocasiones muy risueños a pesar de que la ocasión invitaba poco a la broma. La intervención del ministro de Hacienda, cargada de datos importantes resultó confusa, entre otras cosas porque La Moncloa no había repartido documentación escrita a los periodistas para apoyar las explicaciones de los ministros. No ayudó tampoco el PowerPoint lleno de números y partidas que no se distinguían bien desde los asientos de la prensa. Quedaron muchos brazos en alto deseando aclarar un mar de dudas.
Cuando eso sucede los ministros se paran unos minutos al terminar la rueda de prensa formando esos "corrillos" de los que los periodistas hablamos tanto. A veces no quieren detenerse y eluden amablemente a los medios con cualquier excusa, generalmente la de la prisa. Pero, esta vez, ocurría algo inesperado. Sáez de Santamaría y Montoro (Soria se había marchado antes incluso de que terminase la comparecencia) evitaban a la prensa desapareciendo por la puerta de atrás. Literalmente. Hay una pequeña puerta camuflada muy cerca de la mesa. Por ella nunca antes habíamos visto escapar a nadie tras un Consejo de Ministros.