Empieza el tiempo de bodas

A pesar de que todavía tengas un pie en el invierno y tus ilusiones de verano las percibas como algo lejano, entramos de lleno ya en la época de bodas, bautizos y comuniones

Las reglas de protocolo de vestuario han cambiado mucho en los últimos años. Hemos pasado del encorsetamiento a una mayor apertura en lo que se refiere a un look adecuado para un evento.

Este cambio se ha notado especialmente en el sector masculino. Antes, el chaqué o el esmoquin eran los reyes, pero cada vez es más habitual el uso de traje de chaqueta entre los invitados e incluso los novios, mostrando una elegancia que algunas firmas de sastrería han conseguido con sus precisos patrones.

Los complementos también se han modernizado y la variedad de zapatos y cinturones adecuados para cada traje es enorme. A la hora de elegir ten en cuenta que la manera de combinar el traje con complementos más o menos clásicos permitirán mostrar qué tipo de persona va debajo de toda esa ropa.

A la hora de elegir corbata, en cambio, no vale todo. Una de Mickey Mouse no es adecuada, por más que su portador quiera mostrar que es un hombre simpático, parecerá infantil. Existen también otros ejemplos que sí son válidos y que si el comprador es indeciso, la elección será más complicada.

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No hay que renegar de las tradicionales corbatas de seda, que son fabulosas, pero no hay que descartar otro tipo de corbatas que se han abierto hueco en el mercado. Ejemplo de ello son las corbatas elaboradas con punto que algunas firmas masculinas llevan proponiendo un tiempo. Son corbatas de lana, de crochet, que muestran un punto de originalidad si lo que se pretende es distinguirse de los otros cien invitados al evento. Algunos hombres las rechazan todavía porque les parecen informales, pero no es así: son muchos, anónimos y celebrities, los que ya se han animado y han demostrado que la elegancia no tiene una relación directa con el tejido.