¿Por qué se enfadan con nosotros los mercados?
Esta ha sido muy probablemente la jornada más angustiosa para las autoridades españolas desde que llegó al Gobierno Mariano Rajoy
El presidente del Gobierno parecía convencido antes de serlo de que la sola presencia en su gabinete, "de hombres preparados", como solía decir, evitaría situaciones como la de hoy.
Pudo ser ingenuidad o argumentos sólo preparados para convencer a los electores. Lo cierto es que lo que pronosticó respecto a la confianza no se ha cumplido en absoluto.
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¿Razones por las que la prima de riesgo se dispara, este lunes ha marcado un nuevo máximo, y las bolsas se desploman? Pues pueden usarse todas, pero recuperamos dos: en Grecia no se encuentra un Gobierno que dé continuidad a las imposiciones del rescate de la Unión Europea. Y a la reforma financiera aprobada por el Gobierno, y reclamada (eso parecía) por los mercados, según los que la han hecho, ahora se le comienzan a encontrar problemas, como ha ocurrido en cada reforma, en cada rescate y en cada recorte. En este caso son dos los problemas que se encuentran: el primero es que va a obligar al Estado a endeudarse y eso elevaría el interés de su deuda. Por eso subiría la primera de riesgo. Y el segundo es que si ha habido ya cuatro reformas, las dos últimas en sólo tres meses, nada prueba que no vaya a haber otra y luego otra. Es un argumento malicioso, pero así son los mercados, o mejor dicho, los que los administran y los que los interpretan.
A todo esto, es claro que meter sustos como el del sábado, de que podría intervenirse al Principado de Asturias. O decir que la supervisión del Banco de España está en cuestión, como ha hecho este lunes el portavoz del PP, sólo ayudan al vértigo. Esos mercados pueden plantearse con su hipersensibilidad que las cosas pueden ir a peor.