Cristiano Ronaldo tumba al Granada en un debut ilusionante de Luka Modric

El Real Madrid consigue su primera victoria de la Liga ante un Granada que poco pudo hacer para contrarrestar la pegada de Cristiano y de Higuaín y la inspiración -por momentos- de Modric. Higuaín marcó su tercer tanto de la temporada demostrando que vuelve a tener la puntería más afinada que Benzema

La alineación de Mourinho demostró su apuesta clara por Modric, el fichaje más esperado del mercado de verano. El portugués apostó por el croata y dejó a Özil en el banquillo. Y el nuevo jugador blanco respondió protagonizando la mayor parte de las ocasiones de su equipo en los primeros compases del partido.

Primero habilitó a José Callejón con un pase en profundidad que lo dejó solo delante de Toño, pero el guardameta del Granada le acertó las intenciones al canterano blanco. Fue el primer aviso de lo que quería hacer el Real Madrid, que no era otra cosa que imponer su juego desde el principio, para lo que contaba especialmente con su nuevo jugador.

Este demostró desde el principio una gran capacidad para jugar con la cabeza levantada y habilitar a sus compañeros tanto en las bandas como entre líneas. Eso se tradujo en un claro dominio del conjunto de Mou que hizo al Granada resignarse a no atacar con claridad hasta que ya iba por detrás en el marcador.

Antes de eso marcó Cristiano Ronaldo. Y antes, las ocasiones fueron para Khedira y Benzema. En la primera paró Toño y en la segunda, desvió el balón un defensa. En ambas intervino el tiralíneas de Modric.

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Pero, una vez más, fue el portugués el que puso las cosas en el sitio que quería el Real Madrid. Y lo hizo casi sin querer, como demuestra el hecho de que no celebró su tanto. Recibió de Callejón cuando se desmarcaba por la izquierda y cuando ya llegaba a la línea de fondo golpeó un balón que se coló entre las piernas de Toño para llevar el primer gol al marcador. Quizá buscaba un centro. Y quizá por eso omitió la celebración. Era, en cualquier caso, su primer gol en la Liga que acaba de comenzar.

No se dejaron intimidar los de Anquela. Si no plantaron más cara al Madrid fue porque, realmente, no pudieron. De hecho, Benzemá pudo hacer el segundo tanto, pero siguió sin encontrar puntería haciendo a más de uno entrar en ese debate -que ya parece resuelto por Mourinho- de si es él o Higuaín el nueve titular del equipo.

Lo que quedó claro en esta fase del encuentro es que el nueve del Granada es El Arabi. Primero le robó la cartera a Arbeloa para buscar a Flores en el primer palo. Su toque se marchó por la línea de fondo. Y más tarde cabeceó la pelota mientras Iker Casillas la acompañaba con la mirada hasta dejarla morir a su izquierda.

El Madrid se marchó al vestuario con el marcador a favor, pero no con la sensación de tener el partido resuelto. Se lo recordó Orellana intentando un gol olímpico que no entró porque los puños de Casillas lo evitaron. Y con la lección aprendida arreó Di María -que acababa de entrar al campo- hacia el área de los de Anquela hasta que encontró a Cristiano. Recibió el portugués en el área y aunque Toño atajó su primer disparo aprovechó el rechace para hacer el segundo. Lo celebró, pero con un tímido gesto.

Ahí se acabó el partido. Mourinho aprovechó el momento para desagraviar a Özil. Entró el alemán por el croata, que a sus buenos primeros minutos solo había sumado un tiro desde la frontal del área que salió junto al palo derecho de la portería de Toño. Buen debut para él, aunque pareció un clon del diez del Madrid con un enorme talento que parece surgir de forma intermitente. Habrá que verle más...

Desde ese momento el Real Madrid no dejó de buscar el tercero. El Granada se resignó a aceptar su papel una vez que se quedó con diez tras la expulsión de Borja Gómez. Pero no todo fue un camino de rosas para los de Mou, que tuvieron que quitar a Cristiano, con molestias, de uno de esos partidos que le podrían haber ayudado a encordar el zurrón con el que se mide, en la categoría de máximo goleador de la Liga, a Leo Messi.

Lo encontró, el tercer tanto, Higuaín. Cosas de la vida: solo tuvo que empujar un balón de Benzema.

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