Ocho inmolados en el Tíbet
Una oleada de inmolaciones se lleva registrando en el Tíbet durante la última semana.
Un monje tibetano de 24 años ha sido el último en prenderse fuego esta mañana en una provincia al noroeste de China. Estos suicidios se producen con la celebración desde el pasado jueves del XVIII Congreso del Partido Comunista Chino.
El líder espiritual en el exilio, Dalái Lama, se niega a apoyar a las inmolaciones de los tibetanos que protestan por el control chino sobre esa región, y ha tendido la mano a Pekín para luchar contra esa ascendente practica y detenerla cuánto antes. Desmiente así las acusaciones del Gobierno chino que le señalaban como principal apoyo de aquellos que optaban por inmolarse.
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Preguntado hoy por lo sucedido, el portavoz chino del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, volvió a repetir que los actos son instigados por grupos ligados al Dalái Lama en el exilio.
Que la población tibetana rechace la presencia de China en esa zona, no es nada nuevo. Pero no se había visto una escalada de protestas tan desesperadas desde las violentas manifestaciones contra China que se registraron en la capital tibetana de Lhasa en el año 2008. Algo que se ha intensificado desde que el pasado jueves abriera sus puertos el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino. Pekín responde a estas protestas aumentando su control sobre las regiones en donde su poder es cuestionado y rechazado.
Desde el año 2009, esta forma de protesta ha crecido entre los tibetanos y ya suman 69 las personas que se han prendido fuego como rechazo a la presencia china en el Tíbet. Y 8 en una sola semana. "Las inmolaciones quieren transmitir un mensaje claro a la nueva cúpula que participa en este congreso. Los nuevos dirigentes tener voluntad política de resolver el problema del Tíbet", asegura Lobsans Choedak,
Las autoridades quieren evitar inmolaciones en el centro de Pekín, por eso han colocado extintores en la plaza de Tiananmen. Aunque será difícil que un tibetano pueda acceder a una zona tan céntrica, teniendo en cuenta los altos controles de seguridad que hay.
China considera a Tíbet parte del país desde hace siglos, por uniones dinásticas y conquistas en la época imperial, si bien para los tibetanos en el exilio el "Techo del Mundo" era virtualmente independiente hasta que fue ocupado por el Ejército comunista a principios de la década de los 50 del siglo pasado.