Mursi blinda el palacio presidencial con tanques tras los disturbios
El presidente egipcio, Mohamed Mursi, está discutiendo el modo de devolver la estabilidad al país con el jefe del Ejército y con los miembros del Gobierno
Desde que la semana pasada promulgara un decreto por el que se confería poderes casi absolutos, Mursi es objeto de multitudinarias manifestaciones en su contra, pero también a su favor. Al menos siete personas han muerto en los enfrentamientos desde ayer frente al palacio presidencial entre partidarios y detractores del mandatario.
La Guardia Republicana ha ordenado a los manifestantes que evacúen el entorno del palacio presidencial. Este cuerpo del Ejército ha sido desplegado para garantizar la seguridad del palacio presidencial y evitar nuevos enfrentamientos como los registrados ayer entre partidarios y detractores del presidente egipcio, Mohamed Mursi.
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Los disturbios se desataron el miércoles por la tarde, cuando chocaron las manifestaciones convocadas por Hermanos Musulmanes, en apoyo de Mursi, y por los partidos opositores, para protestar por un decreto presidencial que le otorga poderes ilimitados y por un borrador constitucional de corte islamista.
La cadena Al Nahar, que ha seguido en directo los acontecimientos, informaron de que miles de seguidores de Hermanos Musulmanes, el grupo islamista al que pertenece Mursi, irrumpieron en la plaza del Palacio Presidencial, donde estaban concentrados los detractores del jefe de Estado.
Tanto la oposición egipcia y como la Liga Árabe, han condenado el comportamiento de Hermanos Musulmanes, ya que ha llamado a una manifestación de "un millón" de personas para contrarrestar la que ya había convocada por parte de las fuerzas opositoras, dando lugar a los disturbios.
En el marco de los enfrentamientos han muerto siete personas, entre ellos los miembros de Corriente Popular Mohamed Essam y Karam Gergis, según ha confirmado el grupo opositor a ONTV; un miembro de Hermanos Musulmanes, de acuerdo con el Partido Libertad y Justicia (PLJ); y una mujer, tal y como ha apuntado el coordinador general de la Alianza Revolucionaria, Amer al Wekil.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha recordado al Gobierno egipcio que es su obligación velar por que todos los ciudadanos puedan ejercer su derecho a la manifestación y a la protesta de forma pacífica y a ser protegidos de las agresiones.
"Las personas tienen el derecho a manifestarse pacíficamente y tienen el derecho a no ser asesinadas o heridas mientras ejercen ese derecho", ha señalado Pillay en un comunicado, en el que expresa "su alarma" por las crecientes tensiones y enfrentamientos en las calles de El Cairo.
El pasado martes, un enfrentamiento entre los detractores de Mursi y las fuerzas de seguridad frente al Palacio Presidencial, se saldó con 27 heridos. Entonces, el líder egipcio tuvo que abandonar el lugar por razones de seguridad.
En este contexto, el vicepresidente, Mahmud Mekky, ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha asegurado que la puerta al diálogo está abierta, apuntando que podrían enmendarse algunos artículos constitucionales, aunque ha subrayado que el decreto presidencial no se derogará.
En la misma línea, el primer ministro, Hisham Kandil, ha llamado a la calma a los manifestantes, al tiempo que ha pedido a las dos partes que "den una oportunidad a los esfuerzos que se están haciendo para comenzar un diálogo nacional".
Por su parte, el Frente de Salvación Nacional, que aglutina a los principales partidos y figuras de la oposición, ha reiterado que está dispuesto a dialogar con el Gobierno siempre y cuando el presidente derogue el decreto que le confiere poderes casi absolutos.
Al parecer, Mursi comparecerá en las próximas horas, atendiendo así al llamamiento de Hermanos Musulmanes y de la oposición, que le han exigido un pronunciamiento para calmar la situación, según ha revelado una fuente gubernamental a la agencia de noticias británica.