Francia reconquista el Bocuse d'Or
España no ha estado presente en la final, celebrada en Lyon
La ciudad francesa de Lyon ha acogido el prestigioso concurso de cocina Bocuse d'or. Procedentes de todo el mundo, 24 chefs han tenido 5 horas para preparar platos como langosta,rodaballo o ternera. Este año, el premio se ha quedado en casa, el chef francés Thibault se ha alzado con el trofeo / ATLAS
Francia ha reconquistado este miércoles el cetro más codiciado de los concursos de cocina al proclamarse campeona del Bocuse d'Or. Una victoria con la que recupera también el orgullo perdido en la edición precedente, donde ni siquiera logró meterse en el podio.
El equipo liderado por el joven chef de Lenotre Paris, Thibaut Ruggeri, ha logrado superar en el palmarés final a Dinamarca, campeona de la pasada edición y una de las grandes favoritas.
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Los países nórdicos y Francia copan habitualmente los podios en esta prestigiosa competición, que se celebra cada dos años en Lyon (sudeste de Francia) en el marco del Salón Internacional de la Restauración, Hostelería y Alimentación (SIRHA).
Japón ha dado la gran sorpresa al ser la segunda vez en los 14 años de historia del Bocuse d'Or que una delegación asiática finaliza entre los tres primeros. Singapur también quedó tercera en 1989.
La entrega del premio al equipo nipón se ha convertido en uno de los momentos más emotivos de la ceremonia. El ayudante del chef, Masanori Sakashita, ha roto a llorar desconsoladamente durante largo rato sin que nadie pudiera calmarle y ante la mirada de sorpresa de Paul Bocuse, creador del concurso y padre de la nouvelle cuisine.
A sus 85 años, el considerado como "papa de la cocina" comienza a limitar sus apariciones públicas y ya no ofrece discursos. Su hijo Jerome, también chef, le lleva del brazo y habla por él. Como es habitual, Bocuse ha entregado el premio que lleva su nombre a Francia, que vence por sexta vez. Pero, sobre todo, porque en la edición del 2011 se quedó sin premio al llevarse todos los honores Dinamarca, Suecia y Noruega.
El vencedor, Thibaut Ruggeri, de 33 años, se entrenó con su equipo durante seis meses en el seno de la escuela de cocina Lenotre, según ha explicado su director, Guy Krenzer, además de contar con la ayuda de la Academia Paul Bocuse. Krenzer considera que Thibaut Ruggeri es un chef que, pese a su juventud, "consigue mantener la concentración y es muy humilde".
Con el segundo puesto, Dinamarca ha demostrado que los países escandinavos siguen apostando fuerte por este concurso. El miembro danés del jurado, Jon Kofod Pedersen, ha explicado que el éxito de los países nórdicos se debe a su mejor organización y a los medios con los que cuentan.
"En España, por ejemplo, hay mejores chefs pero la organización es peor. Cuando vienes aquí a competir todo gira alrededor del dinero", ha indicado.
España no ha estado presente en la final, al no lograr su clasificación en la eliminatoria europea, que se celebró el pasado marzo en Bruselas. El chef alicantino Ernest Miralles, por problemas técnicos al fallarle el horno, no logró acabar entre los 12 primeros, y posteriormente rechazó la invitación de la organización.
Dos platos en cinco horas
Los participantes han tenido 5 horas y 35 minutos para elaborar dos platos principales, uno de carne, con solomillo de ternera irlandesa y uno de pescado, con rodaballo y bogavante azul.
La presión que soportan estos equipos, formados por un chef, dos ayudantes y un entrenador, encerrados en cocinas de 18 metros cuadrados, es considerable.
Este concurso es único en el mundo también por el ambiente y el colorido que dan los 2.000 seguidores de los cocineros que abarrotan el recinto.
Muchos se disfrazan, se pintan la cara con los colores de guerra de sus países, agitan sus banderas y hacen sonar trompetas y bocinas. El ruido es ensordecedor. La atmósfera que se crea recuerda a la de una final de un evento deportivo.
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