Los sindicatos acusan a Rosell de dañar la credibilidad de España

Como era previsible, los sindicatos han recibido con indignación las palabras del líder de la patronal, Joan Rosell, sobre empleados públicos y la (poca, según Rosell) fiabilidad de la Encuesta de Población Activa. Sus argumentos: el presidente de la CEOE daña la imagen del país y quiere ocultar el papel de los empresarios en la destrucción de empleo.

Uno de los primeros en pronunciarse ha sido el líder de UGT, Cándido Méndez, que este viernes por la mañana hacía balance de la reforma laboral. Preguntado por las palabras de Rosell cuestionando la fiabilidad de la EPA, la encuesta de medición del paro homologable con el resto de las europeas, decía Méndez: "la fiablidad de un país está en proporción directa al de sus estadísticas oficiales. Si el presidente de la patronal desmiente la credibilidad de estas estadísticas, lo que está poniendo en jaque es la credibilidad del propio país. Me ha parecido esto bastante grave".

Méndez ha señalado además que las palabras de Rosell llegan en un momento delicado de negociaciones en el seno de la Unión Europea (UE): "son unas declaraciones contemporáneas con la discusión en el seno de la UE para poner en marcha un fondo contra el paro juvenil, y el objetivo de nuestro país es obtener la mayor cuantía posible de este fondo. Esa afirmación [de Rosell] puede debilitar la posición negociadora del Gobierno español", aseguraba.

Empleados públicos

Las críticas de Rosell a los empleados públicos han recibido pronta respuesta también de las organizaciones sindicales. Raúl Olmos, miembro de la ejecutiva de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras (FSC-CCOO) enumeraba: "Es una salida de pata de banco. Primero para ocultar la incompetencia de la patronal en poner soluciones a la crisis. Prefieren tirar balones fuera y atacar al empleo público".

"Tiene un segundo factor, que es parte de la campaña del desprestigio de lo público con el fin de buscar vías de hacer negocio con los servicios públicos desde el ámbito privado; y un tercer elemento preocupante: lo que sobra según Rosell son los ámbitos de control y limpieza en la contratación", concluía.

Desde el sindicato de funcionarios CSIF su presidente, Miguel Borra, decía en la SER que las palabras de Rosell "vuelven a demostrar su ignorancia sobre la función pública de este país. Es un ataque gratuito, me hubiera gustado escuchar de sus labios más recursos para esos jueces que investigan la corrupción". "Lo que no hay que hacer es insultar a las decenas de miles de trabajadores que día a día acuden a su puesto de trabajo", subrayaba.