Las previsiones económicas de la Comisión Europea y las del Gobierno de Rajoy

Son las dos instituciones que dictan la política económica de España: el Gobierno de Mariano Rajoy y la Comisión Europea. Y sus proyecciones son las que dan la pauta sobre las medidas que hay que tomar. Y también esos pronósticos sirven para comprobar el resultado que están dando las medidas tomadas hasta ahora: los recortes, las reformas, la reducción del déficit público. Se entiende que deben actuar de común acuerdo. Y sin embargo, sus previsiones económicas para 2013 no coinciden en nada. Ni un sólo número, ni un porcentaje es igual en una y otra. Está claro que alguna de las dos debe estar equivocada.

El dato principal que resume casi todos lo demás es la estimación de cuánto va a crecer la economía este año. El Gobierno pronostica que caerá, pero sólo un 0,5%. La Comisión Europea prevé que descenderá casi tres veces más, el 1,4%.

El paro. El Gobierno asegura que se reducirá algo y alcanzará al 24,3% de la población activa. La Comisión Europea es también en esto mucho más pesimista: se incrementará y llegará al 26,9%. Además, el Gobierno estima que se destruirán 34.000 empleos. La Comisión multiplica esa cifra por 15. Cree que se destruirán 525.000 puestos de trabajo.

Incluso en la piedra de toque de toda la estrategia económica, la reducción del déficit, la falta de coincidencia es total. El Gobierno mantiene que toda su política presupuestaria va dirigida a situar el déficit público en el 4,5%. Ese es el objetivo que había fijado la propia Comisión a España. En cambio, ahora Bruselas estima que, con sus perspectivas económicas, el déficit se va a situar en el 6,7%.

En el resto de las previsiones el desencuentro es también total. Por ejemplo, las exportaciones. Es en lo que más confía el Gobierno para tirar de la economía. Espera que crezcan el 6% en una época de atonía compradora de nuestros principales clientes, que están en la Unión Europea. La Comisión cree que la mejoría exportadora será sólo de 4,2%. Finalmente, en el consumo de las familias y en la inversión de las empresas tampoco hay coincidencia. Es mucho menos pesimista el Gobierno que la Comisión Europea.

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Una aclaración final. Si echamos la vista un año atrás, ni el Gobierno ni la Comisión Europea han acertado en ninguna de sus previsiones para 2012.