Se instala en España el primer ascensor solar

Ya funciona en Barcelona el primer ascensor que se mueve en Europa propulsado sólo por energía solar. Según la empresa fabricante, Schindler, este nuevo modelo gasta la mitad de energía que un ascensor convencional y, además, no deja de funcionar si hay un corte en el suministro eléctrico del edifico

El primer ascensor solar que funciona en nuestro continente está instalado en un edificio residencial del barrio barcelonés de Gracia. Los paneles solares se han colocado en la parte superior del ascensor y son lo suficientemente grandes como para poder suministrar energía al ascensor durante los períodos del día en los que la luz del sol es menos intensa.

Por otra parte, la energía solar sobrante se almacena en unas baterías para garantizar también que esta instalación pionera pueda seguir funcionando con normalidad durante la noche.

Además, gracias al sistema diseñado por el departamento de I+D de Schindler, el funcionamiento de este ascensor solar puede ser completamente autónomo y, de este modo, también se reduce al mínimo la posibilidad de que los pasajeros se queden atrapados cuando se produzca un corte en el suministro eléctrico del edificio.

Por lo tanto, el ascensor solar ofrece una ventaja única en los mercados que experimentan frecuentes cortes de energía, un problema común en los países emergentes, como China o la India.

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"Se trata del punto de partida para los ascensores movidos por energías renovables", afirma Alain Garrigue, director de negocios de Europa-SurSchindler. "Pero este prototipo pone ya de manifiesto nuestro compromiso por el medio ambiente y la innovación y vamos a apostar muy fuerte por estas energías limpias".

De hecho, este nuevo modelo de ascensor solar ha sido recibido con tanto interés por el marcado europeo que esta multinacional ha anunciado que lo incluirá ya en su catálogo oficial de productos previsto para finales de este año.

El primer ascensor solar que funciona en Europa es más caro que otro modelo convencional, pero puede ahorrar hasta un 50 por ciento en la energía consumida y, al final de su vida útil, sale más económico.