Un etarra, condenado a 44 años de cárcel por el asesinato del empresario Ignacio Uría
Participó en el robo del coche que se utilizó en el asesinato del empresario en diciembre de 2008
Madrid
El etarra Manex Castro Zabaleta ha sido condenado a 44 años de cárcel por su participación en el asesinato del empresario Ignacio Uría en diciembre de 2008. El condenado secuestró y retuvo al dueño del coche que el comando robó y desde el que otros miembros del comando dispararon al empresario.
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La Audiencia Nacional ha condenado a 44 años de cárcel al etarra Manex Castro Zabaleta por su participación en el asesinato del empresario Ignacio Uría en la localidad guipuzcoana de Azpeitia en diciembre de 2008. También tendrá que indemnizar a la familia del asesinato con 360.000 euros. Castro Zabaleta estaba acusado de haber participado en el secuestro del dueño del vehículo robado que más tarde sería utilizado en el asesinato. Retuvo al dueño del vehículo mientras otros miembros del comando 'Ezuste' dispararon al empresario desde el coche, el cual más tarde quemaron para eliminar las pruebas.
El asesinato se produjo en el marco de una campañana violenta que la banda terrorista ejerció contra la construcción del tren de Alta Velocidad (AVE) en el País Vasco. Uría Mendizábal era propietario de una de las empresas adjudicatarias de este proyecto.
La Audiencia declara probado tanto la participación de Castro Zabaleta en los hechos como su integración en el comando 'Ezusta'. Señala como pruebas determinantes tanto las declaraciones de varios testigos protegidos como el hallazgo de rastros genéticos suyos en un teléfono que tiró a la basura junto con restos de explosivos.
La Audiencia Nacional absuelve a Iraitz Santa Cruz, amigo de la infancia de uno de los integrantes del comando, del delito de colaboración terrorista del que venía acusado por la Fiscalía. Santa Cruz prestó su coche a Beinat Aguinagalde, uno de los integrantes del comando, según declara probado el juez, "sin conocimiento de que fuese a ser utilizado en actividades de la organización terrorista". A este respecto, el juez destaca que "no existen datos que permitan apreciar su cercanía a ETA" y que "es razonable que su relación de amistad le llevase a prestarle el coche a Aguinagalde".