Los Ángeles del Infierno encerraban a las prostitutas en jaulas para perros
La organización contaba con la connivencia de cuatro miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado a los que tenían a sueldo
Los Ángeles de Infierno tenían una maquinaria perfectamente organizada que situaba a peones en todas sus ramificaciones delictivas. La investigación ha acreditado que contaban con testaferros, que se servían de las meretrices para transportar el dinero obtenido ilegalmente y que dentro de los castigos que infligían a las mujeres que explotaban sexualmente figuraba el de encerrarlas en jaulas para perros.
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Los Ángeles del Infierno, la organización desmantelada el pasado mes de julio en Palma de Mallorca, reclutó a cuatro miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado que les hacían gestiones, les proporcionaban información clasificada o incluso llegaban a hacer para ellos actividades ilícitas a cambio de dinero u otros beneficios. La organización tenía como una de sus actividades principales la explotación sexual y usaban a las mujeres para esconder el dinero obtenido ilícitamente o para transportarlo en metálico. Las meretrices tenían que seguir una férrea disciplina porque de lo contrario eran castigadas, por ejemplo, encerrándolas en jaulas para perros.
El juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, y la Fiscalía Anticorrupción que dirige Antonio Salinas ya tienen sobre su mesa estos datos y alguno más. La red contaba con testaferros para sus negocios y personas especializadas en la falsificación de documentos o en proporcionar medios tecnológicos para evitar actuaciones policiales. Además, los aspirantes a entrar en este selecto grupo, según las pesquisas, participaban en extorsiones, amenazas, coacciones o el tráfico de drogas.