El conflicto de Siria se cuela hasta en las ruedas de prensa de las estrellas de Hollywood. Este miércoles, el director Roland Emmerich defendía la posición de Obama en la presentación a la prensa de su nueva cinta de acción «Asalto al poder» en la que un grupo de ultraderecha asalta la Casa Blanca para deshacerse de un presidente de EE.UU. pacifista La cinta se estrenó en Estados Unidos el pasado 28 de junio, cuando el conflicto con Siria no había alcanzado el punto álgido ni las dimensiones que tiene ahora, con Obama a punto de recibir la bendición del congreso estadounidense para enrolarse en una guerra contra Damasco. Muy distinto será el panorama internacional cuando la cinta se estrene en España, dentro de una semana, el próximo 13 de septiembre. El director Roland Emmerich y los actores protagonistas Jamie Foxx y Channing Tatum han estado en Madrid presentando la película. Lo paradójico es la historia que retrata «Asalto al poder», la de un ex soldado aspirante a formar parte del Servicio Secreto estadounidense y que se convierte en el único protector del inquilino de la Casa Blanca cuando su residencia es tomada por un grupo de paramilitares, todos militantes de ultra derecha que reprochan al presidente querer retirar las tropas de Oriente Medio. Pero además, el retrato que nos brinda Emmerich es el de un presidente de Estados Unidos negro -interpretado por el actor Jamie Foxx, quien asegura haberse inspirado en Obama-, inteligente, educado y obsesionado con firmar la paz con Irán y el resto de países de su órbita. Con este panorama era imposible no preguntarle a Roland Emmerich en Madrid en la rueda de prensa de presentación de la película por la decisión de Obama sobre Siria. «Me alegra que Obama consulte al Congreso y al Senado», decía el director de películas como «Independence Day» o «El patriota» o «El soldado universal». Para Emmerich. Obama ha hecho «un gran esfuerzo por reducir las armas nucleares». «Es un hombre pacífico y creo que nadie, ni él, quiere entrar a Siria, pero hay un dictador haciendo estas cosas y eso le pone en una situación difícil», aseguraba el realizador de origen alemán. «Asalto al poder» costó unos 150 millones de dólares y aunque estaba llamada a ser la película del verano en Estados Unidos, la cinta no ha logrado la recaudación prevista. Quizá tenga algo que ver la crítica soterrada a una parte de EEUU, al radicalismo de derechas y al lobby armamentístico -que en la película juega un papel preponderante-. Emmerich dejó claro en «2012» o en la ya mencionada «Independence Day» que era experto en hacer saltar por los aires la Casa Blanca y otros monumentos nacionales. Esta vez la residencia presidencial volverá a sufrir un ataque, aunque ya no proviene de extraterrestres ni del calendario maya, sino de otra amenaza peor. «No creo que EEUU esté en peligro de ser invadida. Creo que el problema mayor es la división del país y cada parte siente que puede actuar como quiere», aseguraba el director que incidía en que «hasta el propio Lincoln dijo que el enemigo estaba dentro». Como en toda buena película de acción con tintes patrióticos que se precie, «Asalto al poder» también tiene su héroe. Es el actor Channing Tatum, en la piel del policía que aspira a trabajar en el equipo de seguridad del presidente. El actor lleva haciendo películas desde 2005 pero saltó a la verdadera fama internacional en 2012 con sus papeles bajo la dirección de Steven Soderbergh, como «Magic Mike», un proyecto personal inspirado en su propia experiencia como stripper antes de ser actor, e «Indomable» y «Efectos Secundarios». En cuanto al personaje del presidente, Jamie Foxx dijo que sí quería traer a Obama al papel «pero sin imitarle directamente», cosa que sí hizo durante la rueda de prensa incluyendo un «Yes, we can» clavado a el del mandatario. El actor, que en un solo año ha representado a través de sus papeles la evolución de los afroamericanos en su país -desde su papel de esclavo en «Django desencadenado» hasta el mismísimo presidente en éste- ha querido resaltar la naturaleza pacífica del personaje pero que «en un momento determinante se ve obligado a tener que protegerse a si mismo y a la Casa Blanca».