Miles de personas se enfrentan a la policía en disturbios al sur de Moscú
La policía ha enviado refuerzos a la zona de las protestas por la muerte de un joven supuestamente a manos de un inmigrante
Los participantes en la protesta, que se ha saldado de momento con al menos 250 detenidos, arrasaron a golpes y lanzaron bombas de humo en un centro comercial que emplea a varios inmigrantes y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad cuando intentaban dispersar la concentración.
La policía rusa ha enviado refuerzos al distrito de Biryuliovo, al sur de Moscú, para tratar de controlar las manifestaciones que degeneraron este domingo en disturbios masivos en protesta por el asesinato esta semana de un joven a manos, supuestamente, de un inmigrante.
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Entre mil y tres mil personas, según distintas fuentes, han participado en los incidentes que se desarrollan en ese barrio, donde una multitud de habitantes y militantes nacionalistas trataron de atacar un mercado de verduras donde trabajan inmigrantes del Cáucaso.
Los alborotadores acusan a un inmigrante de la muerte a puñaladas de un joven ruso la noche del pasado miércoles, cuando trataba de defender a su novia. La policía interrogó a casi un centenar de personas en relación con el suceso, pero los ánimos se fueron caldeando hasta llegar a los disturbios de este domingo.
La multitud ha levantado con contenedores de basura barricadas improvisadas en las calles cercanas a un centro comercial para bloquear el paso a las fuerzas de seguridad, hasta tal punto que un grupo de personas ha volcado un minibús.
Tras más de dos horas de enfrentamientos se han practicado unas 250 detenciones. Los concentrados trataron de sacar de los furgones policiales a los detenidos y la policía antidisturbios comenzó a cargar con porras contra la multitud.
La protesta de hoy es un ejemplo de la constante tensión entre ciudadanos de etnia rusa, e inmigrantes procedentes del Cáucaso y Asia Central. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, solicitó a principios de mes un incremento de los trabajadores en el ámbito de la construcción pero, en un gesto a favor del sentimiento anti-inmigración, insinuó que podría restringir la entrada de trabajadores extranjeros en otros sectores.