Cierran medios públicos, pero no callan voces
El gobierno de la Comunidad Valenciana decide poner fin a más de 20 años de RTVV
Como si se tratase de tiempos pasados, a una sentencia judicial que supone un revés para un gobierno autonómico, éste responde con la soberbia y la sinrazón que supone cerrar un medio público que ha servido a los valencianos desde 1989 y que, desde ese año, llevan costeando todos los residentes en esta comunidad.
El Gobierno de la Comunidad Valenciana ha decidido echar el cierre a la Radio Televisión Valenciana. Lo ha hecho horas después de que el Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad tumbara su ERE, el que suponía echar a la calle a casi 1200 empleados de los 1600 del ente público.
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Un ERE anulado por el tribunal al entender que ha habido irregularidades en el proceso y que el Govern ha actuado de mala fe. En la sentencia, el tribunal se sorprendía de que no fueran aceptadas ninguna de las propuestas de los sindicatos, incluida la de una reducción de los gastos de personal. Una postura de no negociación. En palabras del tribunal: "al final, la propuesta inicial del Consejo de Administración se convirtió en definitiva".
En ese tirón de orejas que era la sentencia del tribunal presidido por el juez Francisco Pérez, se le recordaba que: "la condición de ente público del empleador y su sumisión a la normativa presupuestaria no le exime del deber de negociar de buena fe".
Esta sentencia implicaba la readmisión de los trabajadores despedidos, lo que supondría unos gastos de unos 40 millones de euros, una cantidad que -al parecer- para la Generalitat es inasumible.
Con la misma cantinela que nos llegó hace unos meses desde Grecia, donde se cerró su radio-televisión pública, RTVV resulta demasiada cara, inviable, nada rentable... Lo paradójico de todo esto es que desde el Govern se hable de derroche y mala gestión cuando han sido los distintos gobiernos de la Comunidad Valenciana los que se han encargados de gestionar el ente público.
Desde el comienzo de la crisis, las televisiones públicas han sido uno de los objetos preferidos de gobiernos autonómicos a la hora de pasar la tijera. Los mismos gobiernos que años atrás dilapidaban millones de euros de dinero público en intentar convertir estos medios en sus voceros.
¿Cómo va a funcionar un medio con presupuestos irrisorios?
Mientras, miles de trabajadores de todos los entes públicos autonómicos que hay en España se han esforzado por llevar cada día a cada hogar las tradiciones y las noticias de la región, de mantener viva la diversidad cultural de la comunidad. Y lo han hecho viendo cómo el presupuesto se reducía año tras año.
Los presupuestos del grupo RTVV para el año 2012 eran ya los más bajos desde 1999. Para ese ejercicio, el Govern destinó 154 millones de euros, un 15,8% menos que en 2011. En 2008 el presupuesto de RTVV era de 268,915 millones de euros. De 2008 a 2012 se redujo en un 43%. ¿Cómo va a funcionar una empresa así?
Pero por si no fuera poco el ajuste al que distintos gobiernos del Partido Popular sometieron a su ente público, en 2013 volvió reducir su presupuesto. El dinero asignado a RTVV en 2013 sufría una caída del 42% y lo dejaba en 86 millones de euros.
¿Qué televisión puede funcionar con esas caídas de su presupuesto y con menos de 90 millones al año? ¿Qué servicio pretendía ofrecer a sus ciudadanos el Govern?
Para hacerse una idea, conviene comparar estos números con los presupuesto de otros entes autonómicos de similar relevancia. En 2013, el presupuesto de la radio televisión de Andalucía es de 138 millones de euros. ETB tiene un presupuesto de 121,6 millones. La radio televisión pública gallega dispone de 94 millones de euros. Caso aparte es el de Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3, Catalunya Radio) que supera los 295 millones de euros, mayor incluso que el de RTVE.
En este punto cabe recordar, también, que la Generalitat valenciana lleva gastados unos 275 millones de euros en la Formula 1 para la disputa de las cinco carreras que han tenido lugar por las calles de Valencia.
Telemadrid, como RTVV
Al igual que RTVV está el ente público de la Comunidad de Madrid. Telemadrid agoniza con un presupuesto de 70 millones de euros. Decisiones gubernamentales que abocan a sus entes a la asfixia económica, con una evidente repercusión en sus contenidos que menguan de calidad ante las continuas rebajas de presupuesto, los despidos, los cambios en sus equipos directivos...
Gobiernos que maltratan televisiones y radios públicas que llevan años, décadas, acercándose a la noticia que no aparecerá en otros medios nacionales. Medios que llevan su unidad móvil hasta cualquier punto de la región para interesarse por una fiesta patronal, por una tradición o por las protestas de unos vecinos ante el cierre de un centro de salud o un colegio.
Medios que pueden llegar incluso a ser rentables. Aragón TV es un buen ejemplo. La corporación maña cerró 2011 con un superávit de casi 400.000 euros y este octubre ha sido la televisión autonómica con mejor share, 13,7%. Y eso que cuenta con poco más de 6 años de vida.
Las radios y las televisiones públicas autonómicas son necesarias. Son el reflejo cultural de la región, la cercanía informativa. Son medios con el deber de dar voz a quienes sufragan sus gastos, los ciudadanos de cada autonomía.
El cierre de estos entes públicos como el de RTVV - o la asfixia económica, que es un cierre velado- no va a acallar lo que esos ciudadanos puedan pensar sobre los recortes en educación o sanidad, sobre aeropuertos sin uso, sobre corruptelas... El cierre de medios de comunicación públicos ni frena que los ciudadanos sigan moviéndose y organizándose para defender sus derechos ni pone fin a las informaciones sobre estos movimientos. Cerrar medios no acalla voces discrepantes.
Lo que supone el cierre de una radiotelevisión pública es la merma de los derechos y libertades de los ciudadanos de una región o un país.
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