Ciencia y tecnología

El enfado de Apple

La empresa desvela parte de la colaboración con los gobiernos cuando el espionaje ha afectado a su relación con los clientes

El activo de mayor valor que tienen todas las empresas son sus clientes, eso es una obviedad. Pero actualmente la credibilidad que la sociedad otorga a una compañía tecnológica empieza a pasar por la confianza que les despierta la marca respecto al secreto de sus comunicaciones y a la privacidad de sus datos personales. El escándalo de espionaje mundial ha hecho que esa sensación se agudice y que el comprador también comience a valorar esas garantías a la hora de adquirir un dispositivo, más allá del diseño.

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Esa relación ha quedado seriamente tocada en el caso de Apple y el resto de grandes a partir de las revelaciones de Edward Snowden sobre el mayor caso de espionaje protagonizado por Estados Unidos. Las firmas han mantenido cierta discrección hasta ahora que ven cómo la prensa desvela que la Agencia de Seguridad Nacional no respetó el pacto de colaboración que tenía con ellas y pudo hurgar en sus servidores sin límites.

La respuesta de Apple a esta afrenta es contundente a pesar de que la información publicada es parcial. Sólo recoge los datos de una treintena de países en los que opera, en una tabla algo confusa en la que los datos se cruzan y correspondientes sólo a la primera mitad de 2013. Sin embargo, demuestra lo que la compañía de la manzana puede estar dispuesta a hacer por defender el pacto de confianza que asegura tener con sus miles de millones de clientes y sus datos.

Más allá de enseñar el colmillo, Apple justifica su comportamiento ante su "audiencia". Aclara que la publicación de estas cifras se hace en respuesta a la falta de reglas por parte de los espías o, dicho de otro modo, que la actividad de las agencias y las revelaciones de la prensa han evidenciado que Apple y el resto compañías no pueden ofrecer un mínimo grado de garantía de confidencialidad a sus clientes. Y que si no son más transparentes es porque la ley no les deja.

Advierten de que su negocio no se basa en la recolección de datos de los usuarios, insisten en que siempre colaboran con las fuerzas de seguridad y que las peticiones de información que reciben de los gobiernos son convenientemente escrutadas por su equipo legal para comprobar que están dentro de la ley y que, si no les convence, declaran su objeción (que no negación a entregar esos datos).

En definitiva, es un comunicado plagado de explicaciones dirigidas a sus clientes pero en el que planea la desconfianza que la NSA despierta en la marca. De hecho, el texto aclara que no ha recibido ningún requerimiento para silenciar esta información en virtud del artículo 215 de la Patriot Act contra el terrorismo con lo que se guarda un as en la manga en caso de que alguien le obligue en el futuro a aplicarlo.

En sentido contrario, Apple reclama una reformulación de las leyes que, entre otras cosas, les impiden detallar los datos relacionados con Estados Unidos, no así los del resto del mundo. Y en definitiva, la compañía aboga ahora por más transparencia después de meses de silencio hasta que la indignación de muchos usuarios y clientes ha llegado a los despachos de los CEO´s.

Pablo Morán

Pablo Morán

Jefe de Internacional de la Cadena SER y director del programa "Punto de Fuga" dedicado a temas sociales,...

 
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