Peregrinando a Houghton
El llanto y desconsuelo a las puertas de la casa en la que pasó sus últimos años de vida Nelson Mandela, desde que fue excarcelado, han sido consolados por la música, el baile y el canto. Cientos de sudafricanos convierten así el luto en una celebración de la vida, con los mismos ingredientes con los que su pueblo, en 1963, le animaba tras ser condenado a cinco años de cárcel. Medio siglo después, hemos visto a las mujeres ulular de nuevo.
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Houghton es un suburbio rico de Johannesburgo, desde el viernes cortado al tráfico y rodeado por coches de policía. Una incesante peregrinación de personas con ramos de flores y velas rompe la quietud de unos vecinos acostumbrados a vivir en sus mansiones, protegidas por modernos sistemas de seguridad, muros altos y cubiertos por alambre (muchos de ellos con espino). Pero este sábado, como ayer viernes y mañana domingo, por sus calles residenciales suben y bajan hileras de hombres y mujeres, mayores y niños, blancos y negros, ricos y pobres. "No sé ni lo que he caminado hasta llegar aquí - exclama Duma - pero no me importa, porque Madiba era todo para nosotros, un padre, un abuelo, un luchador, un héroe y una inspiración para todos. Se merece todo esto y más". Duma es negra, como la mayoría de los congregados frente a la casa. Kate es blanca y ha venido con sus tres hijos pequeños: "Mandela es probablemente el hombre más humano que he conocido, amable, cariñoso, nos devolvió, a todos los sudafricanos, la esperanza en la humanidad". Esa esperanza, la libertad, es el legado que hoy festejan y no parece que vaya a olvidarse fácilmente. "Es y seguirá siendo nuestro líder" -dice todo serio Rob, su hijo de 12 años- "el hombre con el que se identifica a nuestro país". "Estoy triste -reconoce el más pequeño, de 8 años- me niego a creer que hayamos perdido al hombre más grande del mundo".
Cuando los pañuelos, las banderas, las pancartas con el retrato de Mandela, las velas y las flores hayan desaparecido (y todavía pasará mucho tiempo) también todos son conscientes de que falta un liderazgo en el país que tome el testigo del valor de Madiba.
Hora 25: El legado de Mandela. Segunda parte
45:05
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