Siente a un celíaco en su mesa de Navidad
- Somos gente disciplinada. Alguien que siempre que se sienta a una mesa tiene automatizadas unas normas con la comida no se va a poner a eructar frente a tu abuela. No vamos a dar la nota.
- Damos tema de conversación. Las cenas familiares o de empresa se atascan en los mismos temas, que incluso pueden resultar conflictivos. Como ya vimos el mes anterior, hay conversaciones que siempre se repiten con un celíaco. Preguntas como “¿qué cosas puedes comer de la mesa?” para desviar la atención del compañero (o el cuñado) listillo, desengrasan celebraciones y nosotros sabemos gestionar eso como nadie.
- Somos agradecidos. Si te has currado una quiche sin gluten, diremos que está buena aunque estemos convencidos de que medio kilo de queso menos hubiese sido mejor. No es hipocresía, es supervivencia. Has pensado en nosotros y eso nos gusta. Queremos que el año que viene vuelvas a intentarlo.
