Gobierno y PP guardan silencio ante las críticas a la reforma del aborto

No parecen preocupar ni en Génova ni en Moncloa las críticas a ley del aborto de Gallardón. Ya dijo Rajoy que este es un asunto del parlamento y que, siendo un tema tan delicado, son comprensibles las distintas sensibilidades. Pero lo cierto es que cada vez son más y más categóricas las voces que ponen en cuestión la contrarreforma del Ejecutivo.

A las dudas mostradas por Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno en Madrid, o de Borja Sémper, el presidente del PP en Guipúzcoa, se suman ahora las de algunos barones autonómicos. En su discurso de Fin de Año, el presidente extremeño José Antonio Monago ha dicho que "nadie puede obligar a nadie a ser madre y que la ideología no debería introducirse en una materia tan sensible".

El presidente de La Rioja, el también popular Pedro Sanz, cree que deberían tenerse en cuenta los distintos grados de discapacidad. "Hay grados, a veces la discapacidad se generaliza mucho, no es lo mismo síndrome de Down que a una discapacidad más profunda, por eso pondría muchos elementos a tener en cuenta por el daño que pueda producir a una familia o a una madre", ha señalado.

La reforma de Gallardón elimina el supuesto de malformación fetal. Y esta es una de las cuestiones que más dudas genera dentro del PP. En Génova no se espera movimiento hasta el Comité Ejecutivo que se celebrará los días 7 y 8 de enero.