"Muchas mujeres quieren ir a Siria"

Cataluña es la comunidad española con más población musulmana. Domina la corriente salafista, la más conservadora, la que intenta volver a la doctrina original que predicaba el profeta Mahoma. No pertenecen a ninguna federación ni unión de comunidades islámicas. Los salafistas van por libre. Hemos hablado con el principal líder salafista de Cataluña. Said Hamdouni nos revela que muchas mujeres quieren ir a Siria a hacer la guerra santa. Pide a las autoridades españolas más mezquitas para controlar los mensajes que los mensajes lanzan a los fieles y advierte de que la amenaza sigue en España. Escucha el reportaje:

Hemos elegido Cataluña como segunda parada de esta serie de reportajes porque es la comunidad española con más población musulmana. Hay una corriente que domina sobre las otras: la corriente salafista. La palabra asusta y los líderes salafistas lo saben. Por eso hemos querido saber cómo viven ellos esta corriente islámica, la más conservadora del Islam, la que intenta volver a la doctrina original que predicaba el profeta Mahoma.

Nuestro primer encuentro se celebra en Tarragona, cerca de Reus. Nos recibe el principal líder salafista de la comunidad espiritual. Es un guía espiritual en toda regla conocido por toda la comunidad musulmana. Se llama Said Hamdouni y es del norte de Marruecos. Vive a cinco kilómetros de Reus (Tarragona) y regenta dos carnicerías y una ferretería. Hamdouni es la que nos explica que es la corriente salafista. "La gente cuando habla de salafistas directamente piensan en Ben Laden y en que queremos matar en el mundo occidental. Pero nosotros lo que hacemos es simplemente seguir el camino de Mahoma".

Said Hamdouni reconoce que perfiles radicales dentro de la comunidad salafista, se saltan la ley del salafismo nos explica. Dice que muchos de ellos acuden a él como líder para hacer la Yihad y que incluso mujeres le han pedido irse a Siria para iniciar la guerra santa. "Siempre hay e incluso mujeres vienen a preguntar si se pueden ir ellas, si han escogido el buen camino. Nosotros les explicamos que no es el buen camino y les aconsejamos que tienen que hacer el bien y cuidar a sus hijos porque son las responsables y porque en Siria hay mucha gente que puede defender su país".

Desde hace diez años los salafistas organizan congresos en Tarragona a los que acuden 'sheiks', líderes espirituales principalmente de Jordania y de Arabia Saudí. Hamdouni recibe a la SER en la cafetería del hotel donde se alojan estos guías del Corán. Hay informes policiales y del Centro Nacional de Inteligencia que califican estos congresos como lugares de adoctrinamiento. Los salafistas lo niegan rotundamente. Aseguran que ellos mismos financian estos congresos a los que acuden entre cuatro mil y cinco mil personas de todas las partes de África y de Europa.

El salafismo es la corriente islámica que más crece en números de fieles. Cerca de la mezquita de Reus, en otra cafetería, quedamos con Farim Khatoutti que es miembro de la Junta Directiva de la Mezquita de Reus. Nos confirma que el mundo musulmán hay más creyentes en la corriente salafista pero que no tiene nada que ver ni con el fanatismo ni con terrorismo. "Puede ser que decidan seguir nuestra corriente porque es la más clara de todas las corrientes del Islam".

Las últimas redadas policiales han sido contra miembros salafistas radicales. No pertenecen a ninguna federación ni a ninguna comunidad islámica. Los salafistas van por libre. Tienen conexiones con Bélgica, Francia y el norte de Marruecos. Said Hamdouni coincide con lo que la policía subraya en sus informes de inteligencia: la amenaza persiste en España. "El peligro siempre habrá. No vamos a esconder el sol con un paraguas. Así son las cosas y el peligro siempre habrá".

Y por esta amenaza los salafistas piden a las autoridades españolas más mezquitas para controlar a la comunidad y evitar los garajes clandestinos donde se les impregna a los radicales de "ideas malas" como lo califican los líderes salafistas. "Se vuelven locos dice Hamdouni cuando están solos en un garaje pero si están con más gente escuchan de un lado y de otro y es más difícil convencerles".