Twitter sí, pero sin 'feedback'
Los candidatos a las elecciones europeas utilizan la red de microblogging para hacer campaña, pero sin dialogar con su electorado
Los candidatos a las elecciones europeas utilizan Twitter como si hicieran un mitin tradicional: Difunden sus mensajes sin dialogar con el electorado.
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Los políticos son conscientes de la importancia de las redes sociales, pero parece que siguen sin comprender su naturaleza interactiva. Los candidatos a las elecciones europeas utilizan Twitter como si hicieran un mitin tradicional: Difunden sus mensajes sin dialogar con el electorado. Según el estudio de la consultora Porter Novelli, solo Josep Maria Terricabras, de Esquerra, y Josu Juaristi, de Los Pueblos Deciden (la coalición de Bildu y BNG), dedican más del 10% de sus tuits a responder a otros usuarios, aunque el abertzale ha publicado menos de 200 tuits en total. La socialista Elena Valenciano es la tercera en el ranking, con un 9,6%.
Los menos dialogantes en redes sociales son los candidatos conservadores. Miguel Arias Cañete, del PP, y Alejo Vidal Quadras, de Vox, no han publicado ni una sola respuesta a mensajes de otros tuiteros. El exministro popular creó su cuenta ex profeso para lanzar su candidatura europea. Francisco Sosa Wagner, el líder de UPyD para estos comicios, ni siquiera tiene cuenta en Twitter.
El cabeza de lista más activo de la red de microblogging es Jordi Sebastiá, de Primavera Europea, que publica más de 80 mensajes al día. Pablo Iglesias, de Podemos, es el número uno con más seguidores, 155.000, muy distanciado de Ramón Tremosa, de CiU, segundo con 37.400.
El informe también pone de manifiesto que los candidatos utilizan Twitter básicamente como canal para difundir sus actividades de comunicación tradicional (actos de campaña, ruedas de prensa, entrevistas...). Esto significa que todavía siguen sin potenciar contenidos específicos creados para internet, como blogs, newsletters, chats, servicios de otras redes sociales, etc. Conscientes de la relevancia de la web 2.0, sí, pero una vez más, los políticos quedan algo desfasados en estas nuevas herramientas de comunicación.