Y el machismo se comió a la economía

Antes de que empezara la campaña, el PSOE distribuyó entre los suyos diferentes argumentarios que en realidad tenían un único propósito: combatir la idea de recuperación económica de la que habla el Gobierno. Así lo previó también el PP, que dedicó incluso a ese mensaje su eslogan electoral. Pero el comentario de Cañete acabó por llevar la campaña a un terreno en el que el PSOE se siente más cómodo y que piensa rentabilizar hasta el día 25. Ahora que el candidato popular se ha disculpado, los socialistas incidirán todavía en identificarle como un machista porque, a su juicio, su frase revela lo que de verdad opina.

El PSOE sabe lo que se juega en esta cita electoral y cómo afectará a su estado de ánimo lo que vaya a pasar en las urnas. Más aún con las primarias a la vuelta de la esquina. Conscientes de que esta era la primera oportunidad para abrir un ciclo electoral que les fuera favorable, los estrategas de Ferraz se pertrecharon para dar la batalla económica.

El 30 de abril repartieron un argumentario con el título "Más paro, más deuda y más impuestos". El 5 de mayo, en otro de sus documentos internos, se podía leer: "En España, desde que gobierna el PP, se han destruido un millón de empleos, hay 600.00 parados más y se ha disparado la pobreza". Ese mismo día, otro de sus textos proponía la siguiente consigna: "La Comisión Europea certifica que Rajoy dejará en España más paro del que se encontró". Y el día 6, a dos jornadas para que arrancara la campaña, combatían el optimismo oficial remitiéndose al barómetro del CIS: "Los ciudadanos no perciben ninguna recuperación".

Esa era la disputa ideológica para la que el PSOE se había preparado pero, en eso, llegó Cañete. La noche del cara a cara, el PSOE celebró que su candidata hubiera ganado el debate y, tras ser recibida con euforia en la sede central de Ferraz, entendieron que la campaña empezaba en ese momento. "El reto es mantener la tensión electoral hasta el final", reconoció entonces un dirigente del partido. Lo que desde luego no esperaban era el comentario de Cañete que acabó por remover la carrera electoral.

Es verdad que la candidata se ha referido varias veces al discurso económico del Gobierno y se ha preguntado "¿de qué recuperción hablan?", pero en los cinco días que Cañete ha tardado en pedir perdón (y cinco días son un tercio de lo que dura la campaña), los socialistas han centrado su estrategia en criticar el machismo. Así, han aprovechado para incrementar la popularidad de su candidata, han apuntado a Rajoy por avalar a su candidato y, a la sazón, han mermado las posibilidades de Cañete para llegar a comisario europeo al implicar en su lucha a los socialistas de otros países del continente.

Llegados hasta aquí, la lectura de los socialistas es que han pasado demasiados días para que la polémica por la expresión de Cañete se disipe ahora por el hecho de que pida perdón. "Aceptamos las disculpas, aunque lleguen tarde y a la fuerza", decía en 'Hoy por Hoy' Elena Valenciano. "El problema -seguía la candidata- es que Cañete tiene un pensamiento sobre algunas de las cuestiones más importantes del conflicto que existe en nuestras sociedades que no es compatible con la política del siglo XXI. No es la primera vez que hace un comentario tan sumamente machista y vejatorio para las mujeres". En Twitter, el secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, abundaba: "Una idea machista se puede 'expresar' de mil maneras, pero sigue siendo machista".

Los partidos aseguran que su intención era hablar de Europa en esta campaña, aunque, en realidad, los mayoritarios se prepararon para lanzarse datos económicos unos a otros. Sorprendidos al fin por el debate sobre las mujeres, la igualdad entre géneros llegará hasta el cierre de la campaña. Lo que se demostrará el domingo es si eso podrá reducir la temida abstención de los ciudadanos.