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EL FUTURO DEL PSOE

Susana Díaz obliga al PSOE a resituarse

Los dirigentes socialistas replantean sus apoyos y esperan que Madina y Sánchez den el paso en los próximos días

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en el Palacio de San Telmo(EFE)

Escucha la entrevista a la presidenta de la Junta andaluza en 'Hoy por Hoy'.

"A ver qué vais a hacer ahora"

"Tranquilidad"

"Sí, pero a ver qué hacéis los barones que pedisteis uno tras otro que se presentara Susana"

"Tranquilidad"

Aún no habían dado las diez de la mañana y el PSOE trataba de asimilar la decisión que Susana Díaz confirmaba en la SER. A más de uno se le atragantó el café.

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Una diputada próxima a Eduardo Madina se cruzó con uno de los dirigentes territoriales que pidió en público que la presidenta andaluza asumiera el timón y aprovechó para cuestionarle la postura de los barones. "¿En qué situación quedan los que la apoyaron? Decidimos blindar a Madina de las presiones que recibió para que se apartara, que han sido muchas, y ahora esto lo cambia todo", añadía después. "Apoyé a Susana porque entendía que era lo mejor -replicaba uno de los barones-. Ahora quedamos en manos de Madina o de Sánchez, no creo que dé tiempo de buscar otra alternativa que genere consenso. Lo que tengo claro es que no apoyaré ni a uno ni a otro". La decisión de Díaz obliga a muchos socialistas a resetear su estrategia y sólo se aprecia una coincidencia entre los socialistas consultados: "Ha cambiado el escenario y muchos deberán resituarse".

En cuanto Díaz ha resuelto la incógnita sobre su futuro, los focos -y las cascadas de whatsapps- han caído sobre Madina y Sánchez para que desvelen sus planes (el único que ha anunciado su intención de concurrir es el candidato de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias). En el equipo de Madina sostienen que lo tienen todo a punto, que han desplegado ya una red de apoyos en varios territorios -entre ellos las principales federaciones- y que el jueves puede ser el día de su anuncio. Tienen también un objetivo, por lo que decía un dirigente afín al diputado vasco: "En este proyecto hará falta el apoyo de Andalucía".

Varios socialistas atribuyen la decisión de Díaz, o al menos una parte, al hecho de que Madina mantuviera su apuesta pese a las voces que le pidieron que se lo replanteara, entre ellas la del expresidente Zapatero. Socialistas que impulsan la candidatura de Madina alegan: "No tenía sentido que Susana se metiera en la competición cuando sabía que íbamos a empatar o ganar en todas partes menos en Andalucía".

Lo curioso es que, durante el congreso de Sevilla de 2012, una de las personas que más animó a Madina para que se presentara fue Susana Díaz. Le llamó varias veces y Madina dijo que no. Ahora, el escenario se parece bien poco al del cónclave que Rubalcaba ganó a Chacón. Por lo pronto, con el único con el que ha hablado Díaz ha sido con el otro candidato en liza, Pedro Sánchez, que reconocía que la decisión de la líder andaluza resultará "determinante" en la que él vaya a tomar y que tiene previsto confirmar sus planes antes del viernes. Lo que de momento ha dicho es que tiene muchas ganas de entrar en la competición.

En el PSOE se da por hecho que ambos aspirarán a suceder a Rubalcaba y ambos quieren despegarse de cualquier etiqueta. Sánchez asegura que no hay nadie tras él, que la conversación con Díaz "fue una conversación entre compañeros" y Madina, por su parte, aprovechó la última reunión de la ejecutiva para aclarar ante sus compañeros de dirección que nadie le pidió que exigiera el voto directo de los militantes. Dijo -por lo que describen varios de los presentes- que él iba sólo y no había buscado en eso el respaldo de la cúpula del partido. Fue en esa reunión de la ejecutiva, la del pasado lunes en Ferraz, en la que Rubalcaba pidió que el próximo secretario general "no lance por la borda" el trabajo de estos dos años, en referencia, entre otras, a la conferencia política o al pacto de Granada que limó las diferencias entre PSOE y PSC.

Los dirigentes socialistas se resitúan tras la sorpresa que ha dado a muchos Susana Díaz. Los mismos dirigentes que hace dos días daban por hecho que la presidenta andaluza daría el paso son los que ahora aseguran que a ellos no les ha sorprendido su decisión. En ese estado vive ahora el PSOE, con la militancia expectante por lo que vaya a pasar y atenta al debate sobre la ley de abdicación. Con las encuestas todavía en contra y ante un proceso del que no hay precedentes. Porque no se sabe -aunque se intuye- si Madina y Sánchez irán, ni quién apoyará a quién. Pero, más relevante aún, no se sabe qué importancia tendrán esta vez los apoyos orgánicos. Porque la última palabra la tendrán los 200.000 afiliados del PSOE y los 135 años de historia del partido demuestran que cualquier cosa puede ocurrir.

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