Los sindicatos, descontentos con la reforma fiscal que prepara el Gobierno
UGT y CCOO consideran regresivas y electoralistas las medidas que les ha presentado verbalmente el ministro de Hacienda
El Ministerio de Hacienda ha terminado la ronda de presentación de las líneas maestras de la reforma fiscal con los sindicatos UGT y CCOO y, como era previsible, a éstos no les satisface lo que prepara el Gobierno. Tras dos horas de reunión, los responsables sindicales dicen que el resumen verbal que les ha hecho el ministro de la reforma no aborda los cambios estructurales que -en su opinión- necesita el sistema fiscal y se fía demasiado a una recuperación que a UGT y CCOO les parece todavía incierta. El ministro sí ha revelado a los sindicatos el calendario de tramitación de la medida, que pasa por hacer público el texto el próximo lunes y abrir un proceso que termine con su aprobación definitiva en noviembre.
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Como ha explicado el líder de UGT en su comparecencia tras la reunión con el ministro de Hacienda, "el enfoque" de los sindicatos "difiere sustancialmente" del del Gobierno. "El ministro lo fía todo a la recuperación del crecimiento económico sobre la iniciativa privada, y nosotros pensamos que la aportación del sector público y la política fiscal es determinante", explicaba Cándido Méndez, que además subrayaba "tener dudas" sobre el escenario económico optimista sobre el que se basa el Gobierno. Coincidía Carlos Bravo, Secretario de Políticas Públicas de CCOO, que añadía: "el Gobierno pretende afrontar la atonía de la demanda interna mediante una reducción de los impuestos directos y mantener invariable -o creciente, si hablamos de impuestos especiales- la imposición indirecta. Esto puede resultar regresivo, a la espera de las propuestas concretas".
En concreto, los sindicatos lamentan que no se cierre la brecha entre la imposición del trabajo y la del capital, que no se toque el IVA para bajar los productos de primera necesidad y subir los de lujo y que no haya más medidas de lucha contra el fraude. Por el contrario, piensan que el proyecto del Gobierno tiene un claro sesgo electoral: "la operación de reducción de las tarifas [del IRPF] las haría el Gobierno en dos fases: año electoral uno (medidas para 2015) y año electoral dos (medidas con efecto en 2016)", ironizaba Méndez. "En cuanto conozcamos el texto plantearemos alegaciones para intentar influir en el contenido de esta reforma, porque es la reforma más importante que precisa la economía, y si se resuelve pensando en la coyuntura electoral, estaremos haciendo un flaco favor a este país", añadía Bravo.
El calendario de la reforma
Los sindicatos no añadieron ninguna novedad de peso a lo que ya se sabe de la reforma. El ministro les dijo que la parte de impuestos medioambientales (que está previsto que sean de los que suban) quedará en manos de las Comunidades Autónomas, y que en el impuesto de sociedades no está previsto más que la bajada del tipo del 30% al 25% y la ya anunciada eliminación de bonificaciones, "ambas medidas que benefician sobre todo a las grandes empresas, a la espera de ver lo que dice el texto", apuntaba el representante de CCOO. También les confirmó el ministro que, en el IVA, no está previsto que cambie nada más que subir al tipo normal los productos sanitarios que ahora están a tipos más bajos, algo a lo que el Ejecutivo está obligado por sentencia judicial europea.
El Gobierno sí que ha contado a los sindicatos que su calendario para la aprobación de la norma pasa por remitir el anteproyecto al Consejo de Ministros de este viernes, hacer público el texto de la reforma el lunes (colgándolo en la página web, para que pueda estar dos semanas en consulta pública), remitir el proyecto al parlamento en julio, que se empiece a debatir en las Cámaras en septiembre y que pueda quedar aprobado en noviembre. Durante esta tramitación, apuntaban, el Gobierno les ha dicho que estará abierto a las aportaciones que hagan los interlocutores sociales y otros agentes interesados.