Un periodista de Al Jazeera rompe a llorar en directo desde Gaza
Se ve superado por los tristes acontecimientos sucedidos en la zona
Wael Al-Dahdouh, corresponsal en Gaza de Al-Jazeera, rompe a llorar en directo
El lado más duro del periodismo se manifiesta cuando un periodista debe trasladar a su audiencia el horror. El horror en forma de atentado, ataque bélico, violencia y muertes. Y ese es el dantescos escenario en el que se ha visto convertida la Franja de Gaza a cuenta de las incursiones israelíes y desde el que están informando para todo el mundo cientos de periodistas que no siempre logran mantener la compostura en directo.
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Se derrumbó, se vino abajo. Apartó involuntariamente esa falacia de la objetividad periodística al no poder continuar con su crónica diaria desde Gaza. Wael Al-Dahdouh, corresponsal de Al Jazeera, no pudo hacer oídos sordos a las palabras que este domingo salían de su boca con la pretensión de explicar qué estaba ocurriendo en la tierra que pisaba y que tan bien conoce, pues lleva varios años como periodista en esta zona.
Y lo que había ocurrido, lo que Al-Dahdouh debía de contar en su crónica para los espectadores del informativo del canal más importante del mundo árabe es que los incesantes bombardeos israelíes estaban provocando, solo en esa jornada, decenas de palestinos muertos (más de ochenta) y que miles de residentes en Shijaiyah se vieran obligados a huir de sus hogares lejos del alcance de los aviones del ejército israelí.
La presentadora del informativo dio paso, de la manera tan aséptica que caracteriza a los conductores de estos espacios, a la crónica que Al-Dahdouh debía de reportar en directo desde Gaza.
El telespectador quizá esperaría encontrarse con un frío corresponsal que, con modulada voz y perfecta dicción, enumerase cronológicamente los hechos acaecidos y expusiera las consecuencias de los mismos, para concluir con un asertivo final y despedir la conexión.
En lugar de eso, los espectadores asistieron al derrumbe emocional de un periodista con varios años de experiencia en este tipo de conflictos y galardonado por sus trabajo (de hecho ocupa el cargo de responsable de la cadena en esta zona: Al Jazeera Arabic Bureau Chief). Al-Dahdouh, ataviado con el chaleco de protección para la prensa y un casco que lo identificaba como periodista de televisión, perdió la voz y se echó a llorar sin poder continuar adelante. Apartó la vista de la cámara y salió del plano sin decir nada y llorando desconsolado, mientras desde plató recuperaban el control del directo.
La de Al-Dahdouh es la reacción del que debe contar el horror y la devastación a millones de personas. Y en estas circunstancias, para los profesionales del periodismo no siempre resulta posible refugiarse tras la impersonal careta que proporciona una cámara y un micro.
