Los retos de Túnez ante sus nuevas elecciones
La falta de oportunidades para los jóvenes o el combate a los grupos terroristas, retos del parlamento que será elegido este domingo
El parlamento que emane de las elecciones legislativas de este domingo en Túnez deberá hacer frente a la frustración por la falta de oportunidades económicas tras la revolución. La consolidación democrática y el combate a los grupos armados serán otras tareas.
Los tunecinos eligen este domingo un nuevo parlamento. Es la primera vez que van a las urnas con la nueva constitución. El nuevo parlamento tendrá el enorme reto de consolidar la democracia y proveer de las oportunidades económicas que los jóvenes reclamaban cuando salieron a la calle en enero del 2011.
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La frustración aumenta hasta el punto de que sólo un 48% cree que la democracia es la mejor forma de gobierno, frente a un 68% que daba esa respuesta en el 2012.
El director de Centro para la Transición a la Democracia Kawakibi Amine Ghali lo explica en entrevista con la Cadena SER: "la gente que salió a la calle no salió pidiendo libertad de expresión o elecciones justas y libres, sino oportunidades económicas. Ahora no ven esas oportunidades económicas, así que algunos están decepcionados".
Otra preocupación son las acciones de violencia protagonizadas en estos últimos años por grupos armados, como el que el pasado viernes se enfrentó a las fuerzas de seguridad cerca de la capital. El ejército irrumpió en la casa en la que se habían refugiado, causando la muerte a seis personas, cinco de ellas mujeres.
Sin embargo Ghali es optimista: "Se trata de grupos desesperados", cuenta a la SER. "Unos son islamistas radicales, otros no se sabe de dónde vienen, pero no forman parte de las corrientes o de los partidos principales".
"Los políticos tunecinos están ahora convencidos de que no pueden utilizar la violencia como un medio para cambiar la política". Ghali recuerda que Ennahda (partido islamista que ganó las elecciones parlamentarias del 2011) toleró la violencia cuando estuvo en el poder: "algunas ramificaciones de Ennahda o gente cercana a ellos ha recurrido a la violencia para cambiar la realidad sobre el terreno", explica Ghali, "pero ahora Ennahda está convencida de que no pueden cambiar nada mediante la violencia".
El fracaso del gobierno de Ennahda, por los asesinatos políticos y por la ineficacia de su gestión, llevaron en el 2013 a la formación de un gobierno de tecnócratas que será sustituido por el que designe el nuevo parlamento.
La indecisión y la alta abstención prevista hacen difíciles los vaticinios sobre este proceso. Entre las principales fuerzas sigue figurando el islamista Ennahda. En el flanco laico se encuentra el partido Nidá-Tunis (La llamada por Túnez), en el que se integran un amplio muestrario de centro-izquierdistas, desde sindicalistas hasta hombres de negocios, pasando por miembros del antiguo régimen de Ben Ali.
En estos comicios se espera una baja participación, debido a la frustración por la falta de oportunidades económicas y el elevado desempleo, sobre todo entre los jóvenes. Pero una baja afluencia a las urnas no deslegitimará el proceso, a juicio de Amina Ghali. "Podemos recordar", apunta, "el ejemplo de Europa, donde la participación es baja y no hay problema de legitimidad".