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OPERACIÓN PÚNICA

Los 'populares' reclaman a Rajoy que reaccione ante la corrupción

Dentro de las filas conservadores son muchos los que reclaman a la dirección nacional de su partido y a Mariano Rajoy que adopten medidas contundentes porque su formación se "desangra" de cara a las elecciones que se celebrarán dentro de siete meses

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, durante la rueda de prensa ofrecida esta tarde en la sede del partido. Aguirre ha asumido hoy su responsabilidad por haber nombrado a Francisco Granados como alto cargo tanto de la Comunidad de Madrid com(EFE/Luca Piergiovanni)

Madrid

"En la calle nos miran con cara de que somos unos golfos", señala un diputado conservador harto de los escándalos de su formación. Muchos cargos creen que conviene "contagiar ilusión" y que ahora mismo solo provocan "rechazo". En el PP se ha actuado de forma fulminante contra los detenidos en la Operación Púnica porque consideraban que no era "una trama política sino mafiosa". Pero en el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid, se ha procedido simplemente a tramitar la baja de los afiliados -entre los que se encuentra Rodrigo Rato- que ellos mismos habían solicitado.

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En las filas populares están desesperados. Muchos cargos del PP están enfadados. Dicen que están "hartos" de todos los escándalos y muy "desanimados" porque creen que no sirve de nada trabajar visto que todo lo tapan los casos de corrupción. "En la calle nos miran con cara de que somos unos golfos", señala un diputado conservador cuando se le pregunta por todo lo que está ocurriendo dentro de su formación.

Por eso reclaman a la dirección nacional de su partido y a su presidente, Mariano Rajoy, que no sigan de brazos cruzados, repitiendo sin cesar que se respetan las decisiones judiciales, limitándose a echar a los implicados y relativizando los hechos. Piden soluciones contundentes. En las que se vea que el PP reacciona. Están convencidos de que si no se hace algo, se van a hundir. "Nos estamos desangrando", asegura una dirigente del PP. Hacen un llamamiento para "generar ilusión" porque solo se provoca "rechazo."

Apuntan que quedan solo siete meses para ir a votar. Algunos piensan que después de este último suceso, Podemos ya habrá ganado otra buena bolsa de votos. Pero lo que más les preocupa es perder a los suyos. Reconocen que su electorado fiel desconfía cada día más de su discurso y temen un batacazo electoral. De hecho hay quien ya habla, a estas alturas, de que para las generales están abocados a un pacto de coalición PP-PSOE.

En el Partido Popular recurren a un dicho: el de que "quien no entierra a un bicho, al final huele". Para más de un cargo esto mismo les puede volver a ocurrir en cualquier momento y piden que se actúe ahora y no cuando sea tarde, dando por seguro que de cara a las elecciones les van a estallar más casos.

En la cúpula del PP son conscientes del malestar social que existe y también del que se vive dentro de su propio parido. Por eso ayer cuando se recibió la noticia de la detención de Francisco Granados y de los otros implicados en la Operación Púnica se respondió con "indignación". Era la palabra empleada por el vicesecretario de Estudios y Programas, además de eurodiputado, Esteban González Pons. La dirección nacional tardó en tomar una decisión pero, al final, cuando lo hizo fue para anunciar que su intención era expulsarles a todos de la formación conservadora.

En la reunión del Comité de Derechos y Garantías se tomaron dos decisiones. Por un lado, el PP suspendió de militancia a los afiliados detenidos. Y se prometió que a medida que se fueran conociendo nuevos datos, se irían exigiendo automáticamente responsabilidades institucionales y políticas. Fuentes de la cúpula aseguraban que, en este caso se había actuado de forma fulminante porque "no es una trama política sino mafiosa".

Por otro lado, estaba el asunto con el que llevaban varias semanas. En otro comunicado, el PP señalaba literalmente que había tomado declaración a todos los militantes que habían utilizado las tarjetas opacas de Caja Madrid y que se procedía tramitar las bajas que ellos mismos habían solicitado. No los echaba, solo procedía a ajustar lo que habían pedido de forma voluntaria. Y entre ellos estaba el nombre de Rodrigo Rato.

Además, al irse todos, se cierra el expediente informativo. Sin, al parecer, mayor interés ya por esclarecer los hechos. De todos los escándalos de corrupción que han estallado en los últimos días, solo queda pendiente la resolución del de Ángel Acebes que hoy declara como imputado. Pero, nadie se plantea la expulsión de su exsecretario general. Y la razón no es otra que con ello estarían reconociendo que existe una caja b en el Partido Popular.

 
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