Jorge Lorenzo, el inicio de todo

Madrid

Jorge Lorenzo fue uno de los protagonistas de una foto histórica: la primera vez que los campeones de las tres categorías del Mundial de motociclismo eran españoles. Aquél 7 de noviembre de 2010, de pie sobre sus motos, sonreían exultantes Toni Elías a la izquierda, Marc Márquez a la derecha y en el medio, el portador del título de MotoGP de ese año, Jorge Lorenzo. Fue el pistoletazo de salida a cuatro años de victorias y títulos que no tienen parangón en la historia del motociclismo patrio.

Ese año, Lorenzo consiguió nueve victorias, siete podios y dos cuartos puestos; esos fueron sus peores resultados, en Aragón y Japón. No dejó de puntuar en ninguna carrera y se llevó el título gracias a una apabullante constancia. El mallorquín puso el listón del motociclismo nacional en un punto que parecía inalcanzable hasta que llegó Marc Márquez y señalizó el camino que tantos otros pilotos españoles querían seguir.

Tras él, aunque sin él, llegó la segunda foto histórica, el año pasado, con Espargaró, Viñales y Marc Márquez así como la tercera, con Álex Márquez, Tito Rabat y de nuevo Marc Márquez. Con él llegaron, desde su primer título hace cuatro años, 28 victorias y 39 podios. Y siguiendo su estela se consiguieron los títulos de Elías, Terol, Espargaró, Viñales, Rabat o los hermanos Márquez y se superaron las 500 victorias del motociclismo español.

Este ha sido su peor año desde que llegó a la categoría reina, en 2008. Ha concluido tercero en el Mundial después de jugarse el subcampeonato con su compañero de equipo, Valentino Rossi, en la última prueba. Sin embargo, mucho le debe el motociclismo español porque después de Crivillé, de Gibernau, llegó él. Y con él no solo llegaron los triunfos y los campeonatos, también trajo de nuevo la fe y el orgullo.