Rouco Varela medió en la llegada de los Miguelianos a Madrid
El Arzobispado recomendó los servicios de Miguel Rosendo da Silva para que su secta consiguiera un contrato en la residencia de ancianos El Concejo de la localidad madrileña de Bustarviejo
Madrid
Fue el primer encargo de Feliciano Miguel Rosendo Da Silva en Madrid. El fundador de la secta de Oia, ahora en prisión provisional por presuntos delitos de estafa y abusos sexuales, consiguió hacerse con el servicio de una residencia de ancianos en el norte de Madrid gracias al favor del Arzobispado. Fuentes de la dirección del centro aseguran a la SER que por mediación de la oficina que entonces dirigía Rouco Varela, se pusieron en contacto con el líder de los “miguelianos”.
Tras la sugerencia, en julio del año 2010 Rosendo Da Silva envió hasta Bustarviejo a cuatro de sus fieles ataviadas con el hábito azul y amarillo que identifica a las ‘hermanas’ de esta asociación de fieles. Aunque su labor era la de atender y cuidar a los pacientes del geriátrico ninguna tenía titulación para realizar esas funciones. Entre ellas se encontraba la sobrina del detenido que después de hacer un curso ascendió al puesto de directora.
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Desde ese momento los sueldos de las trabajadoras, que superaban en total los 7.000 euros al mes, se ingresaron en una cuenta bancaria a nombre de la Orden, que disponía del dinero libremente. Este método cambió cuando la Diócesis de Tui Vigo apartó cautelarmente al líder de la secta y puso a un comisario canónico al frente. José Vidal obligó a que los pagos se hicieran en cuatro cuentas nominales. A pesar de la medida, el propio Obispado reconoce que prácticamente todo el dinero que se les ingresaba ha servido para financiar las actividades del conocido como brujo Miguel.
Las empleadas, que hasta ayer estaban bajo el amparo de la Iglesia Católica, defienden a Da Silva asegurando que las acusaciones que se le imputan son totalmente falsas. El pasado 30 de noviembre las 'miguelianas' de la clínica invitaron a Rosendo y a otras 'hermanas'a un encuentro en Bustarviejo. La cita se celebró a espaldas del Consejo de Administración de la residencia.
Ante las informaciones que llegaban desde Galicia y que alertaban de las “prácticas poco morales” del fundador, la dirección de la clínica hizo varias consultas al Arzobispado de Madrid. Querían saber si era correcto seguir contando con los ‘miguelianos’ para el cuidado y la atención de los residentes.
En un escrito remitido por el Vicario Episcopal, fechado el 29 de mayo de este mismo año y al que ha tenido acceso la Cadena SER, la oficina de Rouco Varela asegura que "no hay preocupación sobre la continuidad de su servicio", en referencia a las cuatro empleadas enviadas por el detenido, que entonces ya había sido apartado cautelarmente por la Diócesis de Tui Vigo. Además, según el testimonio de varias familias en 2006 ya habían alertado de las actividades de la Orden a Rouco Varela y al entonces embajador del Papa en España. La Diócesis de Madrid no tomó cartas en el asunto hasta noviembre de este año, con Carlos Osoro al frente de la oficina eclesiástica.
-Rescisión del convenio con la orden
Tras la reunión en Madrid del nuncio del Vaticano y el comisario canónico de la Orden, el consejo gestor de la clínica ha decidido tomar medidas drásticas. Tras la supresión definitiva de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel y teniendo en cuenta que las empleadas seguían bajo la tutela de Rosendo Da Silva se ha decidido rescindir el contrato y la relación laboral con los 'miguelianos'. Desde este momento se buscará un equipo profesional que preste servicio en la residencia.