Publio Cordón: 20 años de búsqueda entre mentiras
El caso comenzó con una gran mentira de los autores del secuestro al mantener viva la esperanza de la familia para poder cobrar el dinero del secuestro cuando el empresario ya había fallecido
Madrid
Si las pruebas de ADN confirman la identidad del cráneo encontrado en el monte Ventoux, el caso archivado provisionalmente por el juez Javier Gómez Bermúdez volvería a abrirse para iniciar su recta final después de 20 años de investigación.
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A finales de junio de 1995 el juez de la Audiencia Nacional, Miguel Moreiras abrió un sumario en el que procesó a cuatro miembros de la banda terrorista Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) como presuntos autores del secuestro del empresario zaragozano Publio Cordón. Los procesados fueron Enrique Cuadra Echeandía, José Ortín Martínez, Concepción González Rodríguez y Fernando Silva Sande, que entonces estaba huido de la Justicia. Todos fueron condenados a 28 años de prisión por estos hechos.
Las pruebas recientes encontradas en el piso donde fue retenido han permitido comprobar como el caso Publio Cordón comenzó con una gran mentira de los autores del secuestro al mantener viva la esperanza de la familia para poder cobrar el dinero del secuestro cuando el empresario ya había fallecido al intentar escapar a los pocos días de ser raptado.
Arañazos en el armario-ZULO
En julio de 2012 se realizaron nuevas detenciones relacionadas con el caso y se logró identificar la casa de la ciudad francesa de Bron, junto a Lyon. En un armario-zulo se encontraron restos de ADN del empresario y marcas con las que había ido registrando los días transcurridos, hasta un total de quince, por lo que se presume que falleció a los quince o dieciseis días del secuestro, entre el 11 y el 13 de julio de 1995.
Durante estas dos décadas, el caso ha pasado por innumerables dificultades judiciales y ha contado con la solidaridad de los españoles que se echaron a la calle para exigir su liberación.
A los pocos meses del secuestro se confirmó que se habían pagado 400 millones de pesetas de rescate, pero una nueva mentira de la organización criminal anunciaba su liberación en agosto 1995.
La angustia de la familia se incrementó con las posteriores y maliciosas especulaciones sobre si el empresario había huido a otro país. En noviembre de 1995, la policía trabaja con esa hipótesis de que había escapado a Centroamérica con una identidad falsa, tras ser liberado.
La familia luchadora
Beni Munilla, la madre de Publio Cordón, salió al paso de los infundios con una carta muy emotiva en la que conminaba a los terroristas a que le pusieran en libertad "ya". Tres años después, la familia Cordón, inasequible al desaliento, convoca una manifestación en Madrid y Zaragoza, al cumplirse mil días de la desaparición.
Unos meses después, en noviembre, los miembros de los GRAPO Enrique Cuadra, Concepción González y José Ortín son condenados a 27 años de prisión cada uno por el secuestro.
El interés de un fiscal
Por el juzgado que lleva el caso han pasado varios jueces: Moreiras, Teresa Palacios, Fernando Grande Marlasca y Javier Gómez Bermúdez, pero en la memoria de la fiscalía destaca el empeño especial del fiscal Javier Balaguer que hizo casi una causa personal del esclarecimiento de los hechos y en noviembre de 2000 solicita la reapertura de la investigación porque el terrorista Fernando Silva Sande acababa de ser detenido en Francia.
Sande confiesa
Seis años después, en 2006, el Tribunal Supremo dictamina que el Estado no debe indemnizar como "responsable patrimonial" a la familia de Publio Cordón quienes en 1999 exigieron al Ministerio de Interior una compensación económica por mal funcionamiento de la Administración. La petición alegaba, entre otras cosas, que Fernando Silva Sande, "quien tuvo un papel importante en el secuestro", se había escapado de la cárcel de Granada en 1992.
Este terrorista asumió en 2007 la responsabilidad del secuestro pero seguía ocultando la verdad sobre el paradero del industrial. Dos años más en la cárcel y en febrero de 2009, Sande confiesa que enterró el cuerpo del empresario en un monte de la Provenza, después de que muriera al intentar huir.
Búsqueda con georadar
La Guardia Civil comenzó la búsqueda ese año en el monte francés pero comprobaron las dificultades de esta nueva pista facilitada ahora por el terrorista arrepentido ya que el cambio en la orografía del terreno, la escasa memoria de situación del terrorista y la falta de tecnología adecuada fueron determinantes para el fracaso.
Durante el verano de 2013, las fuerzas de seguridad españolas y francesas volvieron al paraje del Mont Ventoux en busca de nuevos indicios pero el resultado fue el mismo a pesar de que el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez, ordenó que se rastrearán unas cuatro hectáreas de terreno con la ayuda técnica de un georadar de la empresa Condor.
Test de la verdad
Para demostrar a todos que decía la verdad, el pasado mes de octubre Silva Sande se sometió voluntariamente al denominado test de la verdad en el Instituto de Medicina Legal de Zaragoza, después de que lo autorizara el juez Bermúdez. El resultado demostraba que no había mentido, al menos en eso.
Javier Álvarez
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en La Cadena SER donde esta vinculado a la sección de Justicia...