Cine y TV
CRÍTICA DE SERIE

La rutina como eje de una vida de mierda

La serie de HBO 'Togetherness' finaliza su primera temporada

Los personajes protagonistas de 'Togetherness' / HBO

Lo que más risa provoca de 'Togetherness' tras los 8 episodios que componen la primera temporada es enterarte de que se trata de una comedia. HBO continúa en esa liga de sitcoms de autor cuya gracia ha de partir de unos personajes bien dibujados, en cierto modo peculiares, y del entorno que les rodea que, con frecuencia, les machaca. [En España, en CANAL+ Series]

En ese drama está, en teoría, la comedia que encierran ficciones como 'Girls', 'Silicon Valley', 'Looking'… (todas ellas de HBO; en este mismo subgénero entraría también 'Transparent', por ejemplo). Se trata de una propuesta interesante. Quizá sea excluyente calificarla como comedia inteligente, aunque sí que algunas de estas series atesoran modos de ver el mundo que impactan de lleno en el intelecto del espectador.

Esa es la teoría, pero en la práctica no siempre es así. 'Looking', que despuntó en sus inicios como una ficción de cierto potencial, ha acabado sumida en una decepcionante vorágine de sexo y tópicos gays con un estancamiento total del arco evolutivo de sus personajes protagonistas.

Lo que el espectador se encuentra con 'Togetherness' no son unos guiones que se precipitan cuesta abajo -como en el caso de 'Looking'-, sino una total y absoluta falta de chispa. La serie creada y dirigida por los hermanos Duplass -de ellos, Mark también la protagoniza- peca de insustancial, plana y con tramas que nunca llegan a explosionar.

'Togetherness' no ha funcionado bien en audiencia. Ningún capítulo ha llegado a los 500.000 espectadores en directo, pese a que sus números han mejorado notablemente en emisiones bajo demanda en diferentes plataformas. Su dato en demográficos es bastante desalentador y, sin embargo, HBO le ha dado otra oportunidad, ha sido renovada por una segunda temporada. Realmente, HBO no busca en ningún caso el dato de audiencia con este tipo de series a las que tampoco les da prioridad en su programación.

Es innegable que tras el último episodio -el mejor de todos-, uno tiene interés en comprobar cómo le irá en un futuro a esos cuatro personajes principales de la serie. Por momentos es aburrida (todo lo que puede ser una serie de capítulos de 20 minutos); por momentos es sosa… pero, a medida que avanzan los episodios, se clarifican los personajes, dejan de ser prototipos mal esbozados para cobrar identidad propia. Además, comienza a aparecer el conflicto entre ellos y su mundo se les complica. La china en el zapato para esta ficción es que todo es demasiado normal en la vida de sus personajes.

El fracaso vital como motor de la comedia

Brett (Mark Duplass) y Michelle (Melanie Linskey) conforman un matrimonio prototípico de clase media en EEUU. Casita con jardín, dos niños, arrumacos y besitos. Lo único que nos hace sospechar que esta pareja no es la clásica que protagoniza comedias románticas de cine de media tarde es que en el sexo se perciben problemas, insatisfacciones que pretenden obviar.

De mismo modo, Brett intenta obviar que su trabajo no le colma o Michelle se intenta autoengañar sacando de su cabeza la idea de que ella espera de la vida ser algo más que madre de sus hijos.

Esa es la primera pareja. En la otra, la de Alex (Steve Zissis, también creador de la serie) y Tina (Amanda Peet), el estigma del fracaso aparece desde la primera secuencia. El uno es un aspirante a actor que lo máximo que logra son personajes para spots publicitarios en cadenas locales. Ella es una infortunada en el amor que intenta sacar adelante un ruinoso negocio de castillos hinchables para fiestas infantiles. Alex es el mejor amigo de Brett y Tina la hermana de Michelle, sin conocerse demasiado, las circunstancias les obligan a trasladarse temporalmente a casa de Brett y Michelle que los acogen con resignación.

En 'Togetherness' los personajes tienen vidas normales, como las de cualquier hijo de vecino. A unos les van mejor las cosas, a otros peor. Lo que subyace en esta serie -y es de esa tragedia más tiempo de donde debería nacer la comedia- es el fracaso de una vida atada a la rutina. La rutina de un matrimonio estancado, la rutina de un trabajo que sepulta la creatividad, la rutina de no encontrar hueco en aquello que soñaste ser.

Los personajes están insatisfechos con el momento vital que atraviesan. Se hallan en esa complicada situación en la que sienten que su vida es una absoluta mierda. En su vida todo es feo y todo se complica: el trabajo, el coche, el sexo… La cuesta arriba nace del impacto que supone para todos los personajes estar en esa edad en la que entienden que sus aspiraciones de jóvenes se van a ver frustradas.

Con todo ello se crean algunas situaciones de cierta gracia y momentos de ternura -especialmente con el personaje de Steve Zissis- que destacan sobre lo grisáceo del resto de una serie que, desde el punto de vista técnico, está muy lograda.

El que haya aguantado los 8 capítulos -que no es fácil- estará satisfecho con que la serie haya sido renovada; al menos por una cuestión de curiosidad, por ver cómo vuelve. 'Togetherness' tendrá segunda temporada, pero deberá ser mejor.

 
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