Política
ELECCIONES ANDALUZAS 2015

En clave andaluza

Andalucía es también una realidad política que tiene su propia lógica y sus propias claves

Una simpatizante del PSOE observa en la sede federal la comparecencia por televisión de la candidata socialista a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, para valorar los resultados de las elecciones, en las que ha conseguido 47 escaños / PACOCAMPOS EFE

Madrid

Los resultados andaluces serán utilizados como espejo en el que mirar el futuro electoral en España durante 2015. Y sin embargo, Andalucía es también una realidad política que tiene su propia lógica y sus propias claves. Susana Díaz ha acertado al concentrar todo su esfuerzo y su capital político en su comunidad autónoma y aislarse de las polémicas con la dirección federal del PSOE que ella misma contribuyó a azuzar tiempo atrás. Ha conseguido recuperar la identificación del socialismo andaluz con la mayoría de los ciudadanos de esa tierra; ha mostrado liderazgo en un momento en el que se echa de menos en todos los partidos; y ha transmitido mejor que nadie una idea de estabilidad y solidez que probablemente habrá atraído incluso a antiguos votantes del PP.

El candidato andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha ganado tracción a medida que la campaña avanzaba, pero todo estaba en su contra. Era un perfecto desconocido para los andaluces y ha acabado pagando en sus carnes el cabreo de muchos que en el 2012 respaldaron al PP y que hoy están desencantados o irritados con el gobierno de Mariano Rajoy. La bofetada se la ha llevado Moreno Bonilla, pero está claro que iba dirigida al inquilino de la Moncloa.

Podemos se estrenó en Andalucía con una candidata que no despertaba grandes entusiasmos. Ha irrumpido con una fuerza tremenda. 15 diputados. Pero la estrategia de esta nueva formación pasaba por ser el reemplazo del PSOE y han acabado siendo el reemplazo de Izquierda Unida. Tienen motivos para celebrar el resultado, pero también los tienen para preocuparse. Andalucía puede haber sido la primera prueba de su verdadero techo. Si son incapaces de hacer valer su fuerza en la legislatura andaluza que ahora comienza su papel allí puede acabar siendo irrelevante.

Ciudadanos partía con más humildad y por eso quizá tiene más motivos para estar eufóricos. Su triunfo es a costa del PP. Recogen el voto del centro derecha desencantado con el PP y pueden acabar siendo decisivos. Con sus nueve diputados podrían ser la fuerza que aporte estabilidad al futuro gobierno de Susana Díaz. Pero se lo van a cobrar caro. Quizá la presión de la formación de Albert Rivera sirva para que el PSOE de Andalucía coja el toro por los cuernos en el grave problema de la corrupción.

Finalmente, Izquierda Unida tendrá que hacer un serio autoexamen de su mensaje político. Sigue habiendo una mayoría de izquierdas, pero está claro que, si no siguen respaldando al PSOE, eligen nuevos partidos con nuevas formas y nuevos mensajes. O por lo menos, con nuevos envoltorios.

 
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