"No quería matar a tunecinos, iba a por los turistas"
Los vecinos de Susa siguen en shock tras la matanza de este viernes, un ataque terrorista que golpea el modo de vida de esta localidad turística
Túnez
Estaba en la playa, disfrutando, como un turista más. Un estudiante de poco más de veinte años, con bañador, sonriendo y tomando el sol no era sospechoso de nada. Nadie podía imaginar que bajo la sombrilla tenía oculta el arma con la que mató a decenas de personas. Ahí, en mitad del paraíso de Susa, sacó el arma, la probó y disparó a la gente. Se dirigió hacia el Hotel Imperial, por el acceso de la piscina, y le pidió al guarda de seguridad que se echara a un lado. No quería matar a tunecinos. Tenía un objetivo: matar turistas. La masacre continuó en la piscina, en la recepción, en el restaurante y en el aparcamiento. Fueron 45 minutos de espanto, los que tardó en llegar la policía.
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Los testigos aseguran que iba acompañado de otras dos personas que le esperaban a cada extremo de la calle del hotel, de la cadena mallorquina Riu. Dicen que para avisarse, con radios inalámbricas, de cuándo vendría la policía. El presunto autor de los disparos fue abatido. Los dos cómplices, detenidos.
"Todo el mundo está en shock", dice Zebt, un joven camarero de la zona. "No nos creemos que esto haya llegado hasta aquí. Susa es una ciudad tranquila, donde ves a las familias y a sus hijos disfrutando. Ayer solo veías policía". Ahmed, un guardia de seguridad de un hotel vecino, asegura que "la gente está muy tocada" porque que en esta ciudad de 200,000 habitantes, alrededor de 7,000 viven exclusivamente de los hoteles. "Si atentan contra los turistas atentan contra los tunecinos porque hay familias enteras que viven exclusivamente del turismo. Ahora ya están pensando de dónde van a conseguir dinero. De qué van a comer".
Los accesos al Imperial están cerrados. Trabajadores del hotel aseguran que la mayoría de turistas se ha ido. Llevan en sus habitaciones desde ayer. Esta mañana la playa está vacía. Las medidas de seguridad se han reforzado. Durante la noche, la policía hacía controles en las las principales salidas de la ciudad. En los hoteles también, han puesto más guardias, en todos los accesos; incluso están cancelando las reservas de los hombres solteros como medida de precaución.