El mejor país del mundo para comer está más cerca de lo que crees
El portal de viajes Traveller ha quedado completamente fascinado con la cocina española, la cual ha nombrado como el mejor lugar del mundo para comer por delante de Francia e Italia
Madrid
Ni Francia, el lugar donde nació la alta cocina, o Italia, especialista en pizzas, pastas, quesos, y un largo etcétera, pueden presumir de ostentar el honor de ser el mejor país donde disfrutar de un manjar para el paladar. Ese honor recala en España, la mejor cocina del mundo para el portal de viajes australiano Traveller, por delante de países como Japón, Tailandia o Perú.
Ben Groundwater, autor del artículo, asegura que tras recorrer varios países donde ha comprobado por sí mismo los mejores platos de cada cocina puede afirmar que "España es el país que más se preocupa por su comida y no entiende como una cocina tan cuidada ha sido tan subestimada por todos".
"Cinco de los 20 mejores restaurantes del mundo se encuentran en España, entre ellos el número uno, El Celler de Can Roca. (Francia solo tiene dos en el top 20; Italia tiene uno). Pero ese no es el principal motivo que otorga grandeza a la cocina de un país, pero si da una idea de la seriedad con la que se toman la cocina en este país", escribe el redactor australiano que justifica con una infinidad de adjetivos las virtudes de la cocina española, tras haber recorrido los lugares más exquisitos de la geografía española.
España no es solo paella, sangría, y patatas bravas o croquetas refritas. España es un edén para el paladar, desde la sencillez del sur con una rebanada de pan cubierta por queso manchego o jamón ibérico, hasta la alta cocina del norte. Donde hace parada en San Sebastián, "famosa por tener más estrellas Michelín por habitante que cualquier otro lugar en la Tierra. Cada bar y restaurante sirven cocina innovadora, sabrosa y fresca".
Pero Ben Groundwater lo tiene claro: la cocina española no es solo una forma de interpretación, es un estilo de vida. "En España se come sin prisas, sin pretensiones. Se come de pie en bares de siglos de antigüedad, en los que sus suelos se llenan de servilletas usadas".