El balance de Rajoy, entre el "círculo virtuoso de la economía" y la "amenaza" de Cataluña
El presidente del Gobierno exhibe su discurso económico y elude hablar de corrupción u otros "asuntos del pasado"
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Madrid
Tocaba sacar pecho y sobre todo hablar de la recuperación económica así que Mariano Rajoy no se ha salido ni un ápice del guion. “Se ha confirmado de manera clara la recuperación económica”, ha señalado para iniciar su comparecencia, en la que no ha tardado en hablar del empleo, uno de los grandes problemas sociales. “España es el país de la OCDE en el que el empleo crece con más intensidad”, ha asegurado. Rajoy ha querido hacer suya una de las palabras clave en el escenario político español y ha hablado de los “datos que corroboran el cambio” o “cambio de situación indiscutible”.
Desglosando de manera somera las medidas llevadas a cabo por su gobierno, el presidente ha ido soltando titulares sobre su buena gestión económica –corrección del déficit, precios, exportaciones o creación de empleo-, sacando pecho sobre las últimas medidas en materia de incremento salarial del 1% para los funcionarios, las subidas de las pensiones un 0,25%, o, uno de los grandes talones de Aquiles de su gobierno, la lucha contra la corrupción centrada en la mejora de la figura del decomiso y la Ley de Transparencia
Sin embargo, ante este panorama tan alentador que ha pintado el presidente del Gobierno caben varias amenazas. Una es Cataluña, “el riesgo que viene de la incertidumbre política” ante la “propuesta secesionista” de Artur Mas. Rajoy ha vuelto a insistir en que la posición del Gobierno es inequívoca y que no se moverán un ápice de lo que indica el cumplimiento de la ley. “España es un país serio y en ningún país serio se puede permitir violentar la ley o sacar algún tipo de rendimiento político de ello", ha sentenciado. El presidente se ha referido a la reforma de la Constitución aludiendo a que “no es la prioridad española” aunque sí es un “tema abierto” pero hay que “buscar el momento y buscar el consenso”. Una leve apertura en su discurso que ha cerrado de golpe asegurando que “con absoluta franqueza, no va a haber independencia de Cataluña”.
Otro de los riesgos para que continúe esa mejora constante de la situación española que defiende Rajoy es la pérdida de confianza que, sin nombrarlos directamente, podría conllevar la llegada al poder de las nuevas formaciones políticas, especialmente las candidaturas ciudadanas o Podemos. Con ellas ha llegado a la tercera amenaza, la “evolución europea” centrada en la situación de Grecia.
No la ha mencionado como amenaza o riesgo y ha evitado referirse a ella en su discurso más que de refilón pero la corrupción, especialmente la trama Púnica, sí ha aparecido en el turno de preguntas. Las respuestas de Mariano Rajoy se mantienen invariables. “Lo que los tribunales digan y hagan está bien hecho” y “actuaremos” –sin especificar cómo- si aparecen nombres del PP involucrados. Y ha zanjado toda pregunta con “lo importante es que vamos a trabajar para que esos hechos no se repitan”.
De la misma forma ha evitado otros temas más polémicos como la reforma de la ley del aborto, que provocó discrepancias en su propio partido. Con un “vamos a hablar del futuro” ha capeado muchos de aquellos asuntos alejados del discurso económico en los que ha querido centrar su comparecencia. Aunque de los presupuestos de 2016, de los del futuro, tampoco ha hablado demasiado.