El plan B de Benítez funciona

Madrid

Faltaba Keylor -jugó Casilla por primera vez en partido oficial-. Faltaban en la zaga Pepe, Sergio Ramos y Carvajal. Tampoco estaban ni James, ni Bale ni Benzema. Hasta siete ‘titularísimos’ que el Madrid no echó de menos este sábado ante Las Palmas. Entre otras cosas porque enfrente hubo un rival manso, que dejó hacer a conveniencia. Y porque el Madrid lo tuvo claro desde el pitido inicial. Presión arriba, robo de balón, ocasión y gol.

Así llegó el primer gol del partido, cuando aún la gente se acomodaba en el asiento. En el minuto 4, la alta presión de los blancos provocó un error de Las Palmas. Robó Casemiro, que cada vez es más imprescindible en este proyecto de Benítez, y encontró, con un buen pase al hueco, a Isco, que con un buen zurdazo firmó el primero.

Apenas diez minutos después llegó el segundo de los blancos. Esta vez fue Cristiano Ronaldo, el que nunca descansa, el que de cabeza ante la pasividad de los amarillos hizo el segundo a centro de Marcelo. El portugués fusiló así al único equipo de Primera al que aún no había marcado.

No hicieron espabilar los goles al equipo isleño, que no optó ni por parar a los blancos a base de faltas. Las embestidas blancas se sucedieron. Pudo marcar Jesé después de deshacerse magistralmente de Aythami. Pudo repetir Isco también y hasta hubo un penalti a Danilo que el árbitro no vio.

Ninguno acertó y lo que pasó entonces, a falta de siete minutos para el descanso, es que Las Palmas, en una de sus pocos acercamientos al área de Casilla, hizo gol. Fue después de un saque de esquina, como tantas otras veces en épocas pasadas, un mal endémico que el Madrid parecía haber solucionado ya que este curso aún no había encajado un gol a balón parado. El que hizo diana fue Hernán, que cabeceó solo, solísimo, a la meta de Casilla.

Ni tiempo le dio de creérselo ni de venirse arriba al equipo de Quique Setién porque poco después marcó Jesé. El canario, que tuvo otras ocasiones antes, acertó después de recibir en la esquina del área, ir ajustándosela a la derecha hasta que encontró un hueco para disparar al palo largo de Varas y marcar el tercero de los blancos.

En el descanso Benítez dejó a Modric en la caseta y por el croata entró Lucas Vázquez, que se mostró tan valiente como otras veces. El partido, sin embargo, bajó de intensidad y se sumió en un letargo insoportable. Porque a Las Palmas el Bernabéu se le hizo muy grande, a pesar de los gritos de su animosa hinchada, y porque el Madrid empezó a pensar en el PSG, al que recibe el martes.

Hubo tiempo, sin embargo, para que Cristiano pidiese penalti, para que Kiko Casilla se luciese con una vistosa palomita y para que Isco volviese dejar algún detallito de esos que deslumbran al Bernabéu.