Arbeloa, el hijo pródigo de la clase media galáctica

La cantera del Real Madrid no es La Masía, tampoco lo pretende. En una década carente de referentes aparte de Casillas y Guti, hay un jugador que ha destacado por encima de todos e incluso por encima del plano deportivo, ese es Álvaro Arbeloa.

Llegó al Real Madrid en la época de juveniles procedente del Real Zaragoza y poco a poco fue progresando al filial y más tarde llegando a debutar con el primer equipo. Sin embargo la falta de oportunidades le hizo salir en dirección A Coruña, de ahí pasó al Liverpool de Benítez donde después de tres años el Madrid volvió a pensar en él.

Volvía así un jugador poco ruidoso, trabajador y perteneciente a una clase media poco habitual en el Madrid de esa época. Llegó al Madrid como campeón de Europa con España de la mano de Luis Aragonés. A partir de ahí llegaron cuatro años de luces en lo personal y sombras en lo colectivo, gozando de mucha participación ganando pocos títulos.

Arbeloa, este lunes en 'El Larguero'

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Sin embargo el salmantino siempre defendió a capa y espada los métodos de Mourinho y se convirtió en una suerte de escudo para el club. Sus últimos años en el club han sido los menos fructíferos a nivel personal, pero sus ruedas de prensa y sus declaraciones siempre le han hecho estar más fuera del banquillo de dentro.

El domingo se despidió del club de sus amores con más honores que muchas de las leyendas de la historia del Madrid. Lo que demuestra que la grada no solo valora el fútbol y también se fija en otros gestos, y Arbeloa se ha ganado al madridismo de principio a fin.