Ocio y cultura
CRÓNICA CONCIERTO | PAUL MCCARTNEY

Un viaje en el tren de los recuerdos

El músico británico emociona al público de Madrid con un concierto largo e intenso en el que recuperó canciones de los Beatles y de su carrera en solitario

El británico Paul McCartney, durante el concierto en el estadio Vicente Calderón. / J.P.GANDUL EFE

Madrid

Bruce Springsteen señaló en una ocasión que Bob Dylan tenía la capacidad de hacer canciones que contuviesen el mundo entero en su interior. Los Beatles consiguieron que en sus canciones cupiesen vidas enteras. Recuerdos imborrables. La primera vez que escuchaste 'Let it be', aquella noche en la que te rompieron el corazón y acudiste a buscar consuelo entre los acordes de 'Yesterday', aquel viaje con lluvia y el 'White album' de fondo.

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Paul McCartney. / Carlos R. Alvarez

Las canciones que Lennon y McCartney firmaron hace más de medio siglo son la banda sonora de millones de vidas, vidas diferentes y separadas por kilómetros, vidas que hablan distintos idiomas y creen en distintos dioses, pero vidas conectadas por unas canciones de pop y rock que cambiaron la forma de entender el mundo. Por eso, que Paul McCartney visite tu ciudad es un ejercicio de nostalgia, un viaje accidentado por tus recuerdos más personales. Un encuentro con escenas, personas y lugares que se encontraban enterrados en tu memoria y que comenzaron a florecer en el mismo momento que el músico de Liverpool saltó al césped del Vicente Calderón para hacer rugir al estadio con los acordes de 'A hard Day's night', el tema con el que el veterano músico comienza sus actuaciones de esta gira mundial. El primer paso en un viaje de tres horas por los recuerdos de millones de vidas.

Con camisa blanca, sonriente y con el aura de un genio bien envejecido, Sir Paul arrancó la máquina del tiempo marcando una ruta con vistas a sus años dorados de los Beatles, a sus días con Wings y a sus composiciones en solitario. Visita presentada en una castellano mal leído. Han pasado doce años desde su última visita a Madrid y el mundo ha cambiado mucho en este tiempo. Todos somos más viejos, pero McCartney sigue igual, mantiene la sonrisa juguetona de sus días traviesos y la misma pasión por la música que tenía cuando con veinte años conquistó el mundo junto a John, George y Ringo. La voz ya no acompaña tanto. Para sus compañeros de aventura caídos, Paul dedicó palabras y canciones, especialmente emotivo el 'Here Today' dedicado a Lennon, una confesión tardía de las cosas que le hubiera dicho a su amigo fallecido, y maravilloso 'Something', uno de los momentos más intensos de la velada.

La noche en el Calderón tenía algo especial, una especie de neblina invisible que rodea las noches memorables, las noches en las que te reencuentras con recuerdos lejanos y con el tipo que les puso música, con canciones como 'Cant buy me love' o 'Baby Im amazed', que mostraron la cara más juvenil de este hombre que nació cuando Inglaterra todavía estaba en guerra con Hitler.

Paul McCartney bromea en un momento del concierto en el Calderón. / Carlos R. Alvarez

La visita de Paul son de las que recuerdas para siempre. Aunque algunos de sus trabajos tras la separación de la banda de Liverpool no hayan ilusionado al público, los temas de Wings revuelven con fuerza todavía y los éxitos de los Beatles ponen los pelos de punta medio siglo después. 'Hey Jude', 'Love me do' o 'Yesterday' unen a más personas en el mundo que cualquier expresión cultural. Y ese fue el mayor poder de aquellos chicos. Si las películas de Frank Cappa hacían mejores a las personas, las canciones de los Beatles tenían la capacidad de hacernos felices.

El concierto de McCartney en el Calderón fue un viaje largo e intenso repleto de fotografías. Las que se mostraban en la pantalla, que ilustraban el pasado, y las que cada uno pusiera a cada canción. En este viaje el paisaje varía, pero siempre muestra algo interesante. La noche sobre el césped del Calderón dio para todo, pedida de mano incluida, y mostró que McCartney es clave en la historia de la música.

El británico es un compositor único que cambió la forma de hacer canciones y un intérprete capaz de tocar más de treinta temas pasados los setenta años recorriendo la música de su carrera, una trayectoria inmensa que puso a este chico de barrio de Liverpool en la cima de la música.

Se sigue echando de menos a sus compañeros, su huella fue demasiado profunda, pero la visita de Paul a Madrid tuvo algo de histórica. Un hermoso viaje enlazando 'Obla-Di-Obla-Da', 'Band on the run', 'Back in the URSS', 'Let it be', 'Live and let die' o 'Hey Jude' y con una despedida a la altura. Un viaje que emocionó a generaciones separadas por décadas que recordarán esta noche como la noche en la que Paul McCartney les llevó de viaje por los recuerdos de su vida. No es poco para un concierto de rock.

 
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