Uxmal, la ciudad que vivió seis siglos
Uxmal (México)
Los ruteros han empezado el día con tres horas de carretera para un sueño reparador, porque en el autobús no hace calor y los expedicionarios pueden olvidarse por un tiempo de los mosquitos. Las 'heridas de guerra' de algunos estudiantes y periodistas son la prueba de que no hay tregua.
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Uxmal, a diferencia de otros enclaves mayas, fue construida ex novo y pensada como una capital regional. Su vida fue corta, apenas seis siglos: del VII al XIII d.C, y, por tanto, los españoles, que llegaron a esta zona ya la conocieron como una ciudad abandonada. Las causas son desconocidas, pero todo apunta a sequías prolongadas y esa situación pudo dar lugar a dos posibilidades: "Las élites abandonaron la ciudad o bien los ciudadanos pudieron llevarse a las élites por delante", explica María Josefa Iglesias Ponce de León, profesora de la Universidad Complutense y experta en antropología de América. Su explicación de hoy es el aperitivo de dos de las conferencias más esperadas de la Ruta BBVA, porque será ella la encargada de explicar a los expedicionarios cómo se transformó Yucatán durante el periodo colonial y cómo ha cambiado culturalmente esta zona.
Uxmal es imponente y una maravilla del estilo Puuc (una variante entre los estilos arquitectónicos mayas), ocupa diez kilómetros cuadrados y, a diferencia de otras ciudades, construyó más edificaciones dedicadas a la vida administrativa que al culto. En el siglo XIX, el interés por las civilizaciones antiguas y remotas llevó a europeos a recorrer el continente americano. A Uxmal, llegó el austríaco Jean Frederic Waldeck y escribió el libro "Viaje Pintoresco y arqueológico en la provincia del Yucatán", que se publicó en 1838 y que se convirtió en la primera difusión del arte y la cultura maya.
Las vistas desde el Palacio del Gobernador de la Pirámide del Adivino son espectaculares y es ahí donde aprovechan los ruteros para reunirse y sacarse fotos en grupo. Esta vez, posan en función de su país o de su comunidad autónoma, intentan sacar sus banderas, pero no está permitido. Por eso algunos bromean y dicen: "no es una bandera, es un sentimiento" o "no es una bandera, es un chal". Los argentinos al ver que no pueden usar la albiceleste bromean: "Bueno, no la necesitamos. Nosotros ya tenemos el cielo y el sol de bandera".
A la salida, el bus devuelve a los ruteros al fresco del aire acondicionado. Otros caemos en la tentación de la delicia de la zona: una barra de chocolate con lima.
Marisol Rojas
Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....