Lo hiciste otra vez, Mariano
Los mismos que le daban por muerto cuando renunció al primer encargo del Rey alaban ahora sus virtudes como estratega
Madrid
Más de trescientos días después del severo castigo infligido por las urnas en diciembre, Mariano Rajoy logra su investidura por KO técnico de sus rivales. Será presidente a la manera y con los apoyos que anunció desde el primer momento y demostrando que efectivamente era el único candidato viable. Por el camino ha visto cómo se diluía la amenaza de ciudadanos, el PSOE implosionaba y la riña en la izquierda degeneraba en pelea.
Al día siguiente del 20D Rajoy tuvo claras dos cosas. Jamás le dejarían ser presidente con esos resultados y sus rivales no iban a ser capaces de conformar una alternativa. Desde ese convencimiento hizo lo que mejor sabe hacer: mantenerse fiel a su plan, gestionar los tiempos, resistir la presión y conservar la calma en medio de la mayor incertidumbre.
Los mismos que le daban por muerto cuando renunció al primer encargo del Rey alaban ahora sus virtudes como estratega. Ha ganado porque tenía claro qué quería mientras sus rivales dudaban entre pelearse con él por ser primeros o pelearse entre ellos por ser segundos.
A pesar de su incontestable victoria sus adversarios parecen convencidos de que quien realmente tiene problemas es Rajoy. Adaptarse o morir bien podría ser el resumen de su vida politica. Desde mañana veremos a un Rajoy que se parecerá más al ministro razonable y pausado de los gobiernos de Aznar durante los noventa que al presidente del plasma.
Sabe que tiene que llegar a acuerdos y ha demostrado saber cómo lograrlos cediendo lo mínimo posible. Si no viera claro que puede completar la legislatura estaríamos ahora camino de otras elecciones, pero hay gobierno y viene para quedarse.