La legislatura del 'aplausómetro'
Cualquier gesto se convierte ya una declaración política en un tiempo necesitado de pacto que ofrece, sin embargo, evidencias de crispación

Diputados y senadores aplauden al rey Felipe VI / Chema Moya (EFE)

Madrid
De nuevo en la tribuna del congreso, uno se encuentra ocupado sin querer en contar aplausos. Cuando se levantan o se sientan. Cuando aplauden. Ocurrió ya para ver qué hacían Pedro Sánchez y los críticos del PSOE mientras su partido se abstenía en la investidura de Mariano Rajoy. Aquellas caras de Pedro Sánchez, que miraba a cualquier parte por no mirar a su portavoz.
Algo de eso sucedió también este jueves, por solemne que fuera la sesión de apertura. Atentos a los que aplaudían y los que no. Lo que aplaudían y lo que no. Legislatura del aplausómetro, que ha convertido cada gesto en una declaración política.
Precedida de un tiempo de imágenes y tuits y forjado en los platós de la televisión, parece lógico que la legislatura le dé ahora mucha importancia a los símbolos. Seguramente por lo que tienen de revelador: porque mientras los parlamentarios aplaudían las llamadas del rey al diálogo y al entendimiento, se les veía pelearse hasta por las sillas en las que sentarse. Resultó un contraste de lo más sincero.




