Cada cuánto hay que lavar las toallas, según dos expertos microbiólogos

Madrid

Las toallas son el lugar casi perfecto para que vivan y se desarrollen los microbios: contienen abundante humedad, bacterias, hongos, células muertas de la piel, temperaturas cálidas, oxígeno, pH neutro y secreciones corporales. Suelen estar, además, muy cerca de otras fuentes de gérmenes como la ducha, el lavabo o el retrete.

Sí, la toalla es un lugar muy, muy, sucio. Aunque no todas las bacterias que acoge son dañinas para el ser humano, su cantidad aumenta exponencialmente cada día que pasa. Y cada vez que te secas, las células que se desprenden de tu piel sirven de alimento a los microorganismos que habitan en ella.

Entonces, ¿cuántas veces deberíamos usar la misma toalla antes de lavarla de nuevo? "Si la secas completamente [después de cada uso], no más de tres veces como máximo", asegura tajante Philip Tierno, microbiólogo y patólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. "Una toalla húmeda está creciendo", ejemplifica.

"Las bacterias y el moho comienzan a acumularse [después de utilizarla], pero el crecimiento disminuirá a medida que se seque la toalla", explica Kelly A. Reynolds, profesora de Ciencias Medioambientales y de la Salud de la Universidad de Arizona, que coincide en que, como máximo, deberíamos lavarla después de tres usos.

"Cuando [las toallas] se usan para secar la piel, los restos de maquillaje o las células muertas de la piel pueden acumularse rápidamente. Estar mojado y no sólo húmedo significa que hay un tiempo de secado más largo. Esta condición de humedad prolongada crea el ambiente perfecto para que las bacterias y el moho crezcan hasta niveles inaceptables", añade la profesora.

"Si hay olor proveniente de la toalla, donde hay olor hay microbios que crecen, por lo que debe ser lavada", indica el profesor Tierno.

El microbiólogo sí advierte de que compartir toalla nos puede exponer a organismos a los que nuestro cuerpo no está acostumbrado.