Feliz no cumpleaños, Valle-Inclán
El Círculo de Bellas Artes de Madrid elige a Valle-Inclán para la celebración de su primer 'Incentenario'
Madrid
El centenario de su nacimiento fue hace 50 años y faltan 20 para el de su muerte. Esta particular celebracion la inventó Lewis Carrol en Alicia en el país de las Maravillas y, en este caso, la podríamos entender como el no cumpleaños de Valle- Inclán. Es el primer Incentenario del Círculo de Bellas Artes, un homenaje sin pretextos, sin fechas que recordar; solo la figura y obra del perenne Valle-Inclán. "Fue un revolucionario que se encontró con la icomprensión de este país", explica Ignacio Amestoy. periodista, dramaturgo y uno de los organizadores. "Basta subrayar que Luces de Bohemia se publica en folletón en el verano de 1920 y no se estrena hasta 50 años después", protesta.
Si necesita el porqué, le diremos que este año cumple un siglo su novela En la luz del día. Cuesta encontrar un año sin publicar en la vida de Ramón Valle y Peña. Sin embargo, el plato fuerte de esta celebración será un maratón de teatro. Siete horas en las que se representará La Marquesa Rosalinda, a cargo del Grupo de Teatro UC3M y Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte con el Teatro Tribueñe. "Siete horas ininterrumpidas de Valle-Inclán es toda una experiencia mística, como una catarsis colectiva", apunta Irina Kouberskaya, directora del Teatro Tribueñe. "Estos mensajes de grandes pensadores han abierto camino para que la humanidad pueda llamarse humanidad", añade.
Asimismo, en el marco de este incentenario se ha editado Don Ramón María 'El Manco' y otros bohemios. Un libro con dos autores: el propio Valle-Inclán e Ignacio Amestoy. Del primero se recoge el célebre poema largo La pipa de kif, así como la pieza de teatro Ligazón. Auto para siluetas, que el propio Valle-Inclán estrenó en el Círculo de Bellas Artes con su compañía, El Cántaro Roto, el 19 de diciembre de 1926. Y del segundo, dos artículos: La revolución santa de Valle-Inclán, un recorrido por la vida y obra de Valle-Inclán, y Diecinueve ediciones de La noche de Max Estrella, en la que da voz y espacio a sus múltiples y distinguidos protagonistas así como a sus siempre lúcidas aportaciones.
Amestoy es, además, impulsor de La Noche de Max Estrella, un recorrido bohemio por el Madrid de Luces de bohemia que este año celebra su vigésima edición. Completa este particular homenaje un ciclo de cine esperpéntico (Valle-Inclán y el cine) con cintas como La parada de los monstruos, Pajaritos y pajarracos o Amanece, que no es poco.