Las caras de la hambruna
Una gran crisis de hambre, los conflictos y la mala gestión de los recursos dejan una cifra dramática en África: 25 millones de personas necesitan ayuda inmediata. Más de un millón de niños pueden morir de hambre este año
Madrid
Con la hambruna declarada en Sudán, la crisis de hambre de Somalia y la sequía severa en Kenia, 700.000 niños y niñas que sufren desnutrición aguda se encuentran al borde de la muerte. Para Naciones Unidas se trata de la mayor crisis humanitaria desde 1945. La organización internacional humanitaria que trabaja en la zona World Visión ha relatado lo que se está encontrando in situ. "Los niños ya están muriendo en Sudán del Sur y Somalia y muchos están al borde de la muerte en Kenia y Etiopía. No podemos esperar más. Se necesita ya ayuda rápida para obtener alimentos y agua para poder salvar vidas y revertir esta amenaza", advierte Christopher Hoffman, director de respuesta humanitaria.
El drama con nombre de Boko Haram
La violencia que afecta a Nigeria desde 2009 ha impedido a cientos de miles de niños y niñas acceder a su educación, lo que les expone en mayor medida a la violencia, los abusos y el reclutamiento por grupos armados. La organización Plan Internacional ha denunciado esta situación que se extiende también por Camerún, Níger y Chad donde las escuelas han sido quemadas, bombardeadas o utilizadas para luchar contra la insurgencia desde 2009. Además, en muchos lugares los profesores han huido debido a los ataques. En el día de África, Plan internacional alerta del impacto de la emergencia en la infancia, y en especial en las niñas, que son las más vulnerables en situaciones de crisis. Se calcula que más de medio millón de niños pueden morir de hambre este mismo año.
La generación perdida
Las adolescentes y mujeres están más expuestas a sufrir violencia y abusos, embarazos precoces, matrimonios infantiles, esclavitud o tráfico. Hussaini Abdu, director de Plan Internacional en Nigeria expresa su preocupación sobre las consecuencias de una generación perdida: "Los niños y niñas que hoy tienen 15 años tenían sólo 7 cuando comenzó el conflicto. Crecer en mitad de esto ha afectado especialmente al desarrollo de la infancia de este país. Perder la oportunidad de asistir al colegio solo ha agravado su situación y eliminado sus oportunidades de futuro". Además en el caso de las niñas, son los padres los que evitan su escolarización por el alto riesgo de secuestros y abusos. Más de 7.000 niñas y mujeres han sido víctimas de la violencia de Boko Haram, en el noroeste del país, incluyendo matrimonio infantil, violaciones y esclavitud.