'Hobby horse': montar en un caballito de juguete es ahora un deporte

Madrid

Montar en un caballito de juguete se ha convertido en un deporte real y al escuchar este tipo de afirmaciones por primera vez, podrías pensar perfectamente que es mentira y que os están tomando el pelo.

A pesar de que esta curiosa afición es inusual, es una actividad que practican niñas finlandesas de entre 10 y 18 años. Aunque no existe una cifra exacta, se ha calculado que unas 10.000 jóvenes practican 'hobby horse'. Por ejemplo, el pasado mes de abril, se congregaron unas 200 -según la agencia Associated Press (AP)- concursantes en la ciudad de Vantaab (ciudad al sur de Finlandia) para competir en esta nueva forma de hacer equitación,

En qué consiste

La competición es muy parecida a las que se hacen en las de hípica con caballos de verdad, la única diferencia es que el animal en este caso es un palo de madera con una cabeza de caballo ficticia. Se realizan movimientos típicos de esta disciplina como el salto o la doma. También hacen falta habilidades como el atletismo, la equitación y el ballet.

Según la AP, estos muñecos están hechos a mano y se venden a través de varias plataformas de Internet además de tener su espacio de venta en competiciones y eventos. El detalle llega hasta tal punto que estos juguetes tienen nombres propios como Chattanooga Choo Choo y Panda. Muchos de ellos pueden llegar a costar nada más y nada menos que 200 euros.

El verdadero objetivo de practicar esta actividad

Más allá de ganar en agilidad y equilibrio, hay un fin más profundo detrás de todo esto. En un vídeo grabado por la agencia de noticias, una de las niñas que compite afirma que lo mejor de esto es la comunidad de quienes practican este deporte y los pocos "límites que hay en tú imaginación. El cielo es el límite". Además, la participante dice que es una reivindicación del feminismo donde las niñas pueden ser "libres" y donde "los hombres no están diciéndonos lo que tenemos que hacer".

Selma Vilhunen -directora de cine nominada al Oscar por un cortometraje en 2012- dirigió un documental en 2016 que habla precisamente de este mundo de la equitación con un juguete. En él se cuentan las vidas de varias niñas que gracias al ‘hobby horse' han logrado superar momentos difíciles y sobre todo hacer muy buenas amigas. Rose, una de las chicas que sale en el documental, comenta que sus padres se “divorciaron en 2006” y que lo único que recuerda entre “2006 y 2001 es el ‘hobby horse’”.

Esta nueva práctica se ha convertido en un refugio para muchas niñas y adolescentes que han tenido que pasar por situaciones complicadas a lo largo de su vida.