Desmontando ideas sobre la Revolución Rusa 100 años después
La historia de puede contar de muchas formas y en algunas ocasiones se pasan por alto muchos detalles que, con el tiempo, se convierten en esenciales. Repasamos algunos de ellos cuando se cumplen 100 años del triunfo de los bolcheviques
Madrid
El acorazado Aurora de la armada rusa estaba en San Petersburgo a punto de partir a alta mar cuando llegó una orden que le hizo permanecer amarrado. Parte de su tripulación se sublevaba contra el gobierno provisional en apoyo a las fuerzas bolcheviques, que ordenaron que sus cañones apuntaran al Palacio de Invierno, la residencia oficial de los zares de Rusia. Un disparo de uno de esos cañones señaló el comienzo de la llamada revolución de octubre, de la que ahora se cumplen 100 años.
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Junto al historiador Guillermo Á. Pérez Sánchez, autor del libro La conquista del poder de los bolcheviques en Rusia y su repercusión mundial: una interpretación, cien años después (1917-2017), repasamos algunos de los acontecimientos más importantes de aquellos días y nos llevamos varias sorpresas.
No fue Octubre Rojo sino Noviembre Rojo. En el momento de la revolución, en Rusia estaba vigente el calendario juliano, que se lleva como unos 13 días respecto al calendario gregoriano por el que nos regimos actualmente. “El calendario juliano daba carácter a la propia tradición que va a conformar Rusia y a la iglesia ortodoxa, diferenciándose del mundo occidental. Tras la toma del poder por los Bolcheviques en Rusia, ya entra en vigor el otro calendario”, explica el historiador Guillermo Á. Pérez Sánchez. Por eso, aquellos días de insurrección bolchevique tuvieron lugar el 24 y 25 de octubre, según el calendario juliano, pero el aniversario en nuestros días se cumple el 6 y 7 de noviembre.
Más víctimas antes y después de la revolución que durante. Las sucesivas crisis y, sobre todo, la participación en la Primera Guerra Mundial provocaron diversas revueltas en las calles, huelgas y movimientos campesinos. También, después de instaurarse el gobierno bolchevique comenzó el llamado Terror Rojo que hace referencia a la represión, a las detenciones y a las ejecuciones del régimen. Pero la revolución en sí, no fue especialmente cruenta porque no encontraron mucha resistencia al otro lado: “En noviembre, con Lenin ya en Rusia, no se da cuartel al gobierno provisional y éste no tiene capacidad para responder la actuación de los soviets. No cuenta con divisiones armadas suficientes y es el instante en el que los bolcheviques lo ven claro y pensaron: "Ahora no podemos dar un paso atrás". Sin un esfuerzo ímprobo, se hacen con el gobierno y crean el consejo de comisarios del pueblo”, señala el historiador. Así, el asalto al Palacio de Invierno se salda sin apenas derramamiento de sangre. Se estima que murieron cinco personas entre el 6 y el 7 de noviembre.
Los Bolcheviques no ganaron las elecciones tras la revolución. Cuando los bolcheviques toman el poder en los primeros días de noviembre deciden mantener la fecha de la convocatoria de elecciones a la Duma (la Cámara Baja rusa). “Se celebraron el 25 de noviembre de 1917 y era la primera vez que había elecciones dignas de ese nombre en Rusia. Estaban llamados a votar 36 millones de electores y los bolcheviques pensaban que podían tener un amplio apoyo pero el resultado fue terrible para ellos. El partido que ganó las elecciones por mayoría absoluta fue el Partido Social Revolucionario o los eseristas de derechas, que van a obtener 17 millones de votos, 370 escaños de un total de 707 escaños. Mientras que los bolcheviques solo consiguieron 9,5 millones y 175 escaños, fue una derrota total".
"Cuando se abre la Duma Constituyente el 5 de enero de 1918, los bolcheviques en minoría pretenden que la Duma les dé el apoyo y les consolide como el único gobierno viable. La Duma rechaza estas pretensiones y los bolcheviques se van de la Duma pero al día siguiente ya no se abre la Cámara porque lo impedirá la policía soviética, la Checa. Fue entonces cuando comenzó la persecución a todos los contrarios al bolchevismo”, detalla Guillermo Á. Pérez Sánchez. Lenin apeló al Tercer Congreso de los Soviets como ámbito fundamental de legitimidad pero no fue suficiente para muchos. La guerra civil se acercaba.
Adiós Guerra Mundial, hola Guerra Civil. Una de las promesas de Lenin durante la revolución fue sacar a Rusia de la Primera Guerra Mundial que tanta miseria y destrucción había llevado al país. En marzo de 1918 firmó la paz con los alemanes -pero estalla la Guerra Civil, el enfrentamiento entre rojos (los bolcheviques) y blancos (militares del ejército del zar derrocado): “Los contrarios a Lenin no aceptan esa asunción del poder no solo ilegal sino ilegítima pero precisamente esa guerra es la que va a marcar a la consolidación del poder de los bolcheviques. Esa situación contrajo consecuencias terribles para Rusia, mucho peores que lo que había sufrido en la Primera Guerra Mundial”, lamenta Pérez Sánchez.
¿Qué significó la Revolución Rusa para la Historia?
Josep Fontana es uno de los historiadores más relevantes de nuestra época. A sus 86 años, este año ha publicado El siglo de la revolución. Una historia del mundo desde 1914, donde señala la Revolución Rusa como uno de los factores que más condicionaron el desarrollo del siglo XX. "Una de sus consecuencias más importantes fue la de convertirse en un modelo que engendró esperanzas de cambio en muchos de los movimientos contra el orden establecido del mundo entero y un miedo paralelo entre los que veían amenazados sus privilegios. Como la represión no bastaba para enfrentarse a esta amenaza, los gobiernos pusieron en marcha proyectos reformistas que prometían alcanzar los objetivos de mejora social sin recurrir a la violencia revolucionaria. Es a este miedo al que debemos las tres décadas felices que se vivieron después de la segunda guerra mundial con el desarrollo del estado del bienestar y con el logro de niveles de igualdad en el reparto de los beneficios entre empresarios y trabajadores como nunca se habían alcanzado antes", nos explica.
A su juicio, "desde mediados de los años 70, la decadencia de la Unión Soviética y la evidencia de que los partidos comunistas habían perdido la capacidad de impulsar el cambio social, logró que se desvanecieran los miedos de la poderosa minoría de los más ricos, que empezaron a recuperar lo que habían cedido, debilitando los sindicatos y desguazando el estado de bienestar". Un cambio cuyos efectos sufrimos en la actualidad: "El resultado ha sido el crecimiento imparable de una desigualdad que acumula la riqueza en un pequeño segmento de la sociedad y empobrece a todos los demás".
Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...