José Manuel Maza, el fiscal que prefería escuchar

Madrid

Maza entró en la carrera judicial en 1975 y estuvo destinado en juzgados de Madrid, Valencia y Pontevedra. Después recaló en la Audiencia Provincial de Madrid donde llegó a ser presidente de la sección primera. Su último destino como magistrado lo ocupó en la sala de lo penal del Tribunal Supremo, antes de convertirse en Fiscal General del Estado. Cargo en el que este mes cumplía su primer año y que ha estado marcado por el desafío independentista y por el nombramiento y la dimisión al frente de la fiscalía anticorrupción de Manuel Moix.

José Manuel Maza, de perfil conservador, no estaba asociado. Sus compañeros de sala siempre han destacado su decidida apuesta a escuchar las posiciones del resto antes de fijar la suya. Una práctica que exportó a la Fiscalía General del Estado en donde ha 'explotado' a los miembros de la secretaría general técnica a quienes ha reclamado un sinfin de informes fundamentalmente para tener preparadas las respuestas judiciales ante los posibles escenarios del separatismo catalán.

Maza deja pareja, hijo y a su padre a quien cuidaba en el domicilio de Segovia que no quiso abandonar para trasladarse a Madrid, a pesar de ser nombrado jefe del Ministerio Público. El destino ha querido que este hombre afable, dialogante, cercano y rojiblanco por los cuatro costados fallezca el día que su Atleti y el Real Madrid jugaban su primer derbi en el Wanda Metropolitano.