Mugabe, de líder revolucionario a dictador
El que fuera líder de la revolución de la entonces Rodesia ha pasado a ser un dictador corrupto al que su propio partido y su pueblo trata de echar del poder
Madrid
Este lunes están convocadas manifestaciones en rechazo al a continuidad del presidente Robert Mugabe, quien este domingo evitó dimitir, a pesar del ultimátum dado por su partido para que renuncie antes de mediodía de este lunes.
Como no parece que vaya a seguir los dictados de su partido, han convocado llamadas a concentrarse en las plazas y no abandonar hasta que se vaya. Hay incluso un picnic popular en la capital.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí?
Zimbabue se llamaba Rodesia y era una colonia británica dirigida por la supremacía blanca y contra ellos luchaban grupos de guerrilleros que trataban de liberar el país del yugo colonial y devolverlo a sus dueños legítimos, la población negra de este país africano.
En 1980 llegó la independencia y el país reclamó su nombre original, Zimbabue. En las primeras elecciones en el 1987, Robert Mugabe llegó a la presidencia del país. Desde la jefatura del Gobierno, instó a los granjeros blancos a que se quedaran y trajeran nuevas inversiones al país. Muchos de ellos habían empezado a marcharse temiendo represalias por parte de la población negra por los muchos años de abusos y ocupación.
Pero cuando los granjeros se empezaron a establecer, cambió de parecer y ordenó por medio de un decreto ley que la tierra fuera confiscada a los propietarios blancos y entregada a la población negra para que la trabajara. Confiscaciones que se convirtieron en robos en muchos casos con violencia para los granjeros blancos.
Más información
Pero Mugabe no atinó a prever las repercusiones de esta medida. Una vez que les quitaron las tierras a los granjeros blancos que producían gran parte de las frutas, verduras y tubérculos que consumía Zimbabue, estas tierras quedaron yermas y comenzó a existir desabastecimiento y la gente comenzó a tener hambre. Y es que los que robaron las granjas a los colonos blancos, muchos no sabían manejar explotaciones de esa envergadura ni todo el sistema productivo que iba detrás.
A medida que transcurrían los años y la situación se hacía mas difícil, Mugabe incrementaba el ejército y se convertía en una paradoja de sí mismo. Un individuo paranoico que veía teorías conspiratorias para derrocarle por todos lados. Un amante compulsivo del lujo más desatado en un país que vivía la falta de productos básicos a pesar de sus riquezas nacionales.
Lo siguiente en esta campaña de persecuciones imaginarias fue acabar con las libertades esenciales: libertad de prensa, de reunión, de ideología. Cerró periódicos críticos y a los líderes políticos que se oponían a él, se enfrentaban a la violencia que esparcían los seguidores de Mugabe, muchos de ellos pagados por los propios servicios secretos para que dieran palizas a los opositores haciéndose pasar por seguidores civiles.
Uno de los hechos que desató las alarmas en el mundo fue la paliza que recibió Morgan Tsvangirai, que fue uno de sus oponentes políticos en unas elecciones. Y, definitivamente, cuando Mugabe reconoció que nunca habría un cambio de régimen político en Zimbabue mientras él estuviera vivo, perpetuándose así en el poder. Cada 4 años organizaba elecciones que ganaba con mas del 90% de los votos y que nunca tuvieron el respaldo internacional.
Habla de un gobierno del pueblo, para el pueblo, que finalmente era sin el pueblo. Una devaluación de la moneda local que hizo millonarios a la mayoría de los zimbaueses, con una hiperinflación como no se conocía. Una barra de pan llegó a costar 5 millones de dólares zimbabueses.
En las últimas elecciones, la violencia y la manipulación de los votos llevó a la comunidad internacional y sobre todo a la unión africana, a tomar cartas en el asunto. Primero con denuncias públicas, después con protestas contra un país cuya tasa de paro supera el 90% y más de la mitad del país vive de las ayudas alimentarias de los organismos internacionales, necesarias para sus supervivencia. mientras Mugabe y su mujer hacían grandes desfiles paseándose en Rolls Royce y viajando por el mundo para comprar ropa de grandes diseñadores franceses.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...