La infancia agredida en Sudán del Sur

Madrid

El informe de Unicef sobre la situación de la infancia en Sudán del Sur se llama “infancia atacada” y refleja la precariedad de la vida de los menores en este país africano, donde un conflicto étnico interno entra en su cuarto año de vida.

Está afectando en sobremanera a la infancia porque amenaza a una generación entera de la población de este país. Los adolescentes de 17 años, prácticamente no han visto otra cosa, y han empuñado las armas porque “no teníamos ni comida ni casa, y esta era la opción menos mala, unirme a los rebeldes y luchar contra el gobierno”. La explicación de Yangde de 17 años continua con un relato en el que explica como les enseñaron a combatir, a disparar y les maltrataban en las filas de los rebeldes, obligándoles a cocinar a llevar agua y a encender el fuego”. Eso a los chicos porque muchos otros murieron al beber agua contaminada, o vieron como sus progenitores morían a manos de los soldados.

Sudán del Sur es el país más joven del mundo, donde la mayor parte de los menores, solo ha conocido la vida en conflicto y violencia ahora sumada a la hambruna que azota a buena parte del país. Un estado donde casi tres millones de niños están en situación de grave inseguridad alimentaria y más de un millón sufren desnutrición aguda.

Los niños deben vivir en un entorno de paz y tranquilidad. Nadie y menos los menores debería experimentar estos horrores y privaciones, según explica la directora regional de UNICEF, Leila Pakkala. Este organismo de la ONU para la infancia, lleva desde Diciembre del 2013, cuando comenzó la llamada crisis en Sudán, distribuyendo ayuda a los niños. Ha conseguido hacer llegar tratamientos a más de 600.000 niños con desnutrición severa agua, vacunas para sarampión, atención sanitaria .

En Sudan del Sur, mas de dos millones de niños están sin escolarizar y apenas 1 de cada 13 acaban los estudios primarios, con una cifra cercana al millón de chavales afectados por traumas psicológicos. En cuanto a reclutamientos en las filas de grupos armados, la cifra se eleva a 19.000 y a 2.300 los niños que han muerto. A todo ello hay que sumar las violaciones y las agresiones sexuales que sufren.